Publicado: 13.10.2014
Como fotógrafo es muy importante imprimir estilos propios y técnicas propias en tu trabajo para innovar, un trabajo bien hecho implica buscar lo diferente de las distintas situaciones a fotografiar: lo excepcional.
La narración fotográfica puede sustentarse en la estructura básica de cualquier narración: inicio, nudo y desenlace. Sin embargo es clave apostar a la creatividad.
Como columna vertebral de la fotografía documental está la narrativa visual, que conlleva tres elementos fundamentales: el tiempo (determinar el valor periodístico en un contexto determinado); la cohesión (buscar puntos nodales que ayuden a estructurar las historias); y el argumento (cómo cuento la historia).
Hay que buscar el ritmo con composiciones diferentes (personaje principal en segundo plano, desenfocarlo, etc.) Un buen punto de referencia para la fotografía es la pintura, que entre otras cosas, permite observar tendencias del consumo de la fotografía, y así, la fotografía debe tender al arte.
En cuanto a los aspectos técnicos referentes a la fotografía se debe pensar antes de ‘disparar’, por ejemplo, la distancia focal nos tiene que hacer pensar qué perspectiva debe tener la fotografía. Igualmente debemos cuidar los elementos que se tienen en la composición de la foto.
Por otra parte, la fotografía ha encontrado un espacio de expresión muy importante como es el caso del ‘storytelling’. Para poder contar historias hay que tener clara la plataforma para la que se está produciendo el trabajo, y sobre todo, tener claro cuál es la audiencia en el contexto en el cual se trabaja. En este sentido es muy útil explotar los espacios no cubiertos (qué fotos no se están tomando, de qué temas no se está fotografiando).
Además, la fotografía debe valer en sí misma como documento histórico. En este sentido, siempre es importante documentar, no quedarse con una única fotografía buena, hay que trascender el diarismo.
Periodistas de A Pie