Publicado: 14.12.2016
Cartoon: Chappatte
Adversarios políticos, defensores de derechos humanos y periodistas, son los perfiles que despiertan interés en el gobierno federal, como algunos locales, para espiar e intervenir conversaciones. El problema es que, si bien el espionaje es legal en México, los indicios nos llevan a deducir que la práctica está rayando en un marco ilegal.
Por: Jade Ramírez Cuevas V. (@jadercv)
Las formas de espionaje o intervención de líneas telefónicas como dispositivos móviles -herramienta base de cualquier reporteo- se han vuelto tan sofisticadas, que puede estar corriendo la intromisión en nuestras narices sin darnos cuenta, sin dar click a un correo electrónico aparentemente malicioso, sin escuchar el mito del rever mientras charlamos por teléfono, sin que algo nos parezca extraño en nuestras redes sociales.
El reporte Estado de Vigilancia fuera de control, de la Red de Defensores de Derechos Digitales aporta estos hallazgos, entre otros, que nos competen a los periodistas.
Se trata de un informe detallado de la legislación mexicana, algunos casos de controversia constitucional en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el comportamiento de empresas proveedoras de servicios de telefonía y la actuación en apego o no de orden de judicial para espiar, por parte de autoridades como la Procuraduría General de la República, la Policía Federal y desde luego el Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN).
Precisamente los estados de Jalisco y Puebla ocupan preocupantes primeros lugares en práctica de espionaje y hackeo de información, fuera de un marco legal. Después de revelarse que el gobierno de Jalisco adquirió por 700 mil euros, un paquete de herramientas y entrenamiento a la empresa italiana Hacking Team, desde 2014, los resultados de la adquisición ilegal, vuelven a generar debate por el uso que se la ha dado.
Carlos Brito director de Incidencia de la Red de Defensores de los Derechos Digitales, contó en entrevista con la Red de Periodistas de a Pie, que al contrastar la evidencia del uso de Hacking Team con la respuesta vía solicitud de información a Fiscalía General de Jalisco sobre “¿Cuántas solicitudes de autorización judicial se realizaron para intervenir conversaciones privadas?” ésta respondió que solo dos.
Es decir, la FGJ erogó millonario presupuesto en intervenir solo dos conversaciones, lo que resulta una subutilización del recurso, un despilfarro, o está usando la sofisticada herramienta Galileo sin pedir ningún tipo de autorización legal para espiar.
Gasto en Hacking Team por países (en euros)
La privacidad y seguridad de quienes expresan una crítica, oposición o disienten sobre lo que hacen las autoridades, está en completo riesgo. Actualmente la vulneración de dispositivos móviles no requiere de la colaboración de las empresas de telecomunicaciones, incluso, ni cuenta se dan. En resumidas cuentas el Estado mexicano puede, sin valores éticos, conocer a detalle todos los movimientos y comportamientos de quienes considera adversarios.
¿Quiénes son adversarios? Los periodistas y defensores de derechos humanos. Por los informes de organismos civiles que revelan un importante aumento de asesinatos, amenazas, agresiones, desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias de defensores y quienes ejercen la libertad de expresión, entre el sexenio de Felipe Calderón y los tres primeros años de Enrique Peña Nieto, no cuesta mucho deducir que nos hemos vuelto el objetivo.
Funcionamiento del software Galileo / Hacking Team
Esta gráfica que presenta la Red de Defensores de los Derechos Digitales, puede ser de difícil comprensión, pero lo impactante del sistema de espionaje, es que hay un algo que monitorea y se ancla, a detalles de interés: palabras, zonas geográficas, referencias que previamente se identifican a seguir. Migajas que dejamos de manera natural mientras realizamos una investigación periodística sin métodos o protocolos de seguridad.
Si de por sí Google analiza nuestros gustos, hábitos, relaciones personales, compras por internet y redes asociativas a nuestro trabajo como reporteros ¿Por qué sería difícil que un software como Galileo, el vendido por Hacking Team a 14 gobiernos locales incluidas seis autoridades federales desde Pemex a la SEDENA nos esté leyendo 24 horas al día sin darnos cuenta?. No, efectivamente, es sencillo.
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El Estado mexicano está muy interesado en controlar la vigilancia que invade la intimidad. Y aunque las estadísticas de disminución de delincuencia común, desmantelamiento de cárteles o pandillas criminales fuese verdad gracias a ello, tampoco se justifica y no hay control como reparación al daño al saberse o sentirse espiado por las autoridades, lo que es innegablemente, una vulneración a los derechos humanos.
Que como periodistas ignoremos esta información o, peor aún, conociéndola sigamos encomendando nuestros equipos de trabajo, investigaciones y prácticas periodísticas a la buena voluntad de un ser supremo, resulta un riesgo también, para la sociedad.
En los recientes años ¿cuántas veces nos hemos dicho en tono burlón mientras charlamos por teléfono Saludos a Gobernación? De la broma al hecho, no hay ni un click de trecho, toca leer Estado de Vigilancia fuera de control de la R3D y seguir las recomendaciones de seguridad digital.