Editorial: Reportería de contigencias, riesgos y responsabilidades

Publicado: 21.09.2017

 Foto: Mónica González/Pie de Página

por Jade Ramírez y Héctor Guerrero

@jadercv y @mexhector

Confusión, alteración de percepciones, quiebre de emociones y ofuscación, es lo que generalmente se escucha en las primeras narraciones de un evento cuando se llega a reportear una catástrofe, en el que vidas humanas están en constante riesgo.

Bajo los momentos en los que se encuentran Oaxaca, Morelos, Puebla, Chiapas, Tlaxcala, Ciudad de México, Hidalgo y Michoacán, vale regresar a la definición básica de que estos eventos son hechos imprevistos, por lo que, muy probablemente como periodistas, al momento de experimentar y sobrevivir un evento natural como son los sismos, no estemos en las condiciones óptimas para reportear. Sin embargo, por la naturaleza que nos emerge como periodistas y por compromiso laboral, nos lanzaremos una y otra vez a ser receptores de datos para convertirnos en el mensajero.

Diana Manzo y Roselia Chaca, dos ejemplares reporteras del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, tras el sismo del 7 de septiembre, quedaron sus viviendas dañadas y sus familias afectadas. En medio de la alteración personal, salieron a contar y narrar la tragedia colectiva de los pueblos huaves, todavía en estado de emergencia.

La destreza con que han reportado para los medios en los que laboran, así como colaboraciones especiales, deviene no solo de su perfil básico, son mujeres periodistas con valentía natural, sino de su temperamento y cultura a la que pertenecen.

Reporteros y fotógrafos en la ciudad de México, al medio día del 19 de septiembre resultaron afectados a nivel físico, pero sobre todo, a nivel psicosocial se reprodujo una película de horror que difícilmente se supera: sobrevivir al temblor de 1985. Por ello volver a experimentar un movimiento telúrico de estas magnitudes, activó la memoria sensorial que incide, directamente, en el desempeño posterior frente a cámaras, al llegar a zona siniestrada para levantar imágenes, al hacer conteo de daños para redactar la nota, grabar testimonios o hacer enlaces radiales en medio de episodios de desquicio, dolor y estrés.

¿Es imposible mostrar actitudes no profesionales al momento de hacer periodismo en una contingencia ambiental, social, política y económica? No, ética y ecuanimidad son preceptos y actitudes que debemos preservar si queremos fungir de manera útil como mensajeros y reveladores de historias en medio de una tragedia, eso es lo que debe distinguirnos de los reporteros ciudadanos y la información autogestiva de víctimas.

Al llegar a puntos donde se reportaban derrumbes, la alteración e incipiente organización colectiva de voluntarios, provocó rechazo de presencia de fotoperiodistas y exigencia de apartarse de zonas siniestradas. Ahí, es donde aplicar protocolos de seguridad se vuelve vital, no solo para garantizar el libre ejercicio periodístico, sino también, para no alterar trabajos de rescate.

Terremoto, el kit básico para sobrevivir y reportear.

En el documento Syllabus, publicado por la organización Artículo 19 en colaboración con World Press Photo, se menciona lo que cualquier reportero necesita llevar como mínimo: un respirador de medio rostro o mascarilla, gogles, ropa cómoda de tela tipo gabardina, de preferencia no mezclilla, camisa de manga larga, zapato industrial o botas gruesas. Lámpara de tipo minero, botiquín de primeros auxilios, una navaja no mayor a cinco centímetros, herramienta tipo multiusos, baterías extras AA y AAA, bolsa de plástico para resguardar tus documentos personales, copa menstrual en el caso de mujeres.

Es importante recordar que al llegar al sitio del terremoto es posible que en las próximas horas y los días siguientes se presenten replicas considerables o cercanas a la misma intensidad del primer temblor, por lo cual asegúrate de instalarte en un refugio seguro y donde no estés expuesto durante la noche, no busques zonas altas o muy concurridas, es mejor que te mantengas a las afueras de la ciudad y busques espacios abiertos como campos de futbol u otros lugares similares.

Una buena opción para este tipo de coberturas puede ser tu automóvil, puedes dormir dentro o incluso a un costado en alguna bolsa para dormir o tienda de campaña, a la mañana siguiente puedes asearte con las toallas húmedas y así no tendrás la urgencia de conseguir una regadera.

Recuerda que cuando salgas de la zona de cobertura y emprendas tu regreso debes estar descansado y muy alerta; frecuentemente en los terremotos se dan situaciones de rapiña o delincuencia, así que nunca abandones el lugar de noche y si estás cansado alójate en algún hotel seguro. No arriesgues tu vida ni tu seguridad después de haber hecho una cobertura de este tipo.

Las exigencias de las víctimas y la población en general alrededor de una catástrofe o emergencia ambiental, no cesan. Nuestra función como periodistas es registrarlas y recuperarlas en nuestras publicaciones o enlaces telefónicos o a cuadro, pero mediar o tratar de convencer sobre lo que hace y no hace una autoridad, no es nuestro papel. Solo somos testigos en esos momentos de lo que pasa, debemos evitar crear confusión y expectativas sobre las responsabilidades que le competen solo a las autoridades encargadas de salvamentos.

Con cada información publicada conseguimos un impacto en las audiencias que no están en el terreno de los hechos, por lo que nuestra narrativa puede catapultar sensaciones de ansiedad, miedo y tristeza.

Seamos responsables y tratemos con respeto desde la narrativa que contamos las cosas, a quienes nos leen, escuchan y ven. Al mismo tiempo, con las autoridades de gobierno estructuremos las preguntas no básicas, sino las claves para entender qué tipo de respuesta están dando ante la emergencia, cómo están asumiendo la responsabilidad que les corresponde sobre rescate de personas, albergues, seguridad física y alimentaria de civiles, operativos de traslado o reubicación de personas, prevención de nuevas eventualidades, solución de problemas, así como ejercicio de recursos financieros y materiales, pues, el voluntariado es un valor agregado para los mexicanos, pero no el pilar en quien debe recaer la solución de las emergencias ni la reparación de daños. No demos por hecho, verifiquemos cada respuesta y boletín que se emite.

Lista ropa y equipo para llevar y poder armar un campamento

• 1 mochila que soporte 72 horas de operación.

• 1 bolsa de basura grande para mantener la ropa seca.

• 4 cambios de ropa interior.

• 6 pares de calcetines de lana suave para mantener pies secos.

• 4 camisetas interiores.

• 2 camisas de manga larga de algodón y botones.

• 2 pantalones de gabardina o linera.

• 1 par de botas para senderismo o montañismo.

• 1 par de zapatos deportivos cross trainers.

• 1 gorra o sombrero para el sol.

• 1 par de lentes para sol de policarbonato para protección de ojos.

• 1 par de gogles para proteger ojos del polvo.

• Si necesitas lentes de graduación, lleva un par extra.

• 1 impermeable de lluvia con material gore tez.

• 1 par de guantes para frío.

• 1 bolsa para dormir apropiada al clima donde realizas tu cobertura.

• 1 tapete para dormir.

• 1 lámpara con filtro rojo.

• 1 bolsa de espalda del tipo Camel Bank.

• 1 bufanda o mascada para protegerte del polvo.

• 1 reloj con alarma y batería cargada.

• 1 extensión eléctrica de dos metros.

• 1 bolsa de dormir, por lo menos que resista 5 grados centígrados.

• 1 casa de campaña de cuatro temporadas.

• 1 caja de cerillos contra el agua.

Artículos de higiene

• 1 rasuradora.

• 1 cepillo de dientes y tuvo de pasta.

• 1 desodorante.

• 1 protector solar factor 80.

• 1 champú tamaño muestra.

• 1 barra de jabón.

• 1 toalla de natación.

• 3 paquetes de toallas húmedas “de bebé”.

• 1 caja de bolsas zip/lock.

• 1 detergente para ropa en presentación individual.

• 1 talco para pies.

• 1 par de sandalias.

Botiquín

• 15 curitas.

• 6 gasas estériles 4 de 7. 5x5cm y 2 de 10x10cm.

• 10 abatelenguas.

• Algodón absorbente.

• 1 venda elástica.

• 1 tela adhesiva.

• 1 gel para quemaduras.

• 6 toallas de alcohol.

• 1 isodine espuma.

• 2 guantes de látex.

• 2 vendas adheribles


Héctor Guerrero es fotoperiodista de la agencia France Presse en Mexico. Seleccionado por la región México, Centroamérica y El Caribe para el JoopSwart Master Class de World Press Photo en 2012 y 2014. Ha tenido la beca jóvenes creadores de Fonca.  Beca por la Sociedad Interamericana de Prensa SIP. Beca Proyecta 2015. Premio Photofest 2014. Cubre de manera regular la guerra del crimen organizado en México, principalmente en los estados de  Jalisco, Michoacán, Guerrero y Sinaloa.

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