Publicado: 17.03.2019
Foto: Especial
Por: Jade Ramírez
Era un veterano de la información en Sonora pero no por eso un periodista poco popular. Santiago Barroso es considerado entre el gremio de San Luis Río Colorado, como el mejor ejemplo de un tipo comprometido con el oficio: era simpático pero “antisocial” cuenta Humberto Melgoza, su colega de generación universitaria y labor periodística, en el poblado fronterizo que no rebasa las 192 mil personas y ubicado en la esquina de Sonora pasando la reserva de la biosfera El Pinacate.
Salía poco porque además de publicar en medios impresos y digitales, conducía un programa de noticias en la radio de frecuencia modulada Río Digital; era profesor y su vena académica le hacía investigar, profundizar en hechos o relatos.
“Es muy respetado”, sostiene Melgoza quien fue compañero de la generación 89-93 en la Universidad Autónoma de Baja California cuando estudiaron Comunicación; cuenta que no logró nunca “sonsacarlo” a las reuniones de generación porque siempre tenía algo que hacer del oficio.
El director del Semanario Contraseña con la franqueza que solo da ser del norte, asegura que no se trata del asesinato de un reporterillo más que anda con “sus paginitas extorsionando y chayoteando”, los disparos frontales que le quitaron la vida a Barroso el 16 de marzo de 2019, “dejan un boquete” en la sociedad de San Luis Río Colorado.
Cómo alguien dedicado y clavado en la redacción muy “objetivo que no perdía detalle en los puntos y comas”, Santiago Barroso no publicó su columna semanal en Contraseña porque cerraron edición unos días antes y no alcanzó a enviar su texto. Ese vez, por chat, fue la última que Melgoza habló con él.
Desde 1997 no se mataba un periodista en la ciudad fronteriza en la que laboran alrededor de 30 reporteros, pero que con los dedos de la mano, se rescatan los del perfil similar a Santiago Barroso.
A el conductor de Buenos Días San Luis le sobreviven su esposa Lidia, un hijo de 17 años y otra niña.
Hasta antes del sábado 16 de marzo que fue atacado afuera de su domicilio, Barroso no había externado preocupaciones o indicios de amenazas. En su programa de radio reveló haber presenciado cómo un traficante de personas cruzaba ante la mirada de autoridades locales, migrantes centroamericanos.
Aunque las Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en México ya se pronunciaron rechazando el crimen, quien hace investigaciones solo es la Agencia Ministerial de Acción Criminal que pertenece a la Fiscalía del Estado de Sonora.