Resolución ante la denuncia presentada contra el periodista Arturo Contreras

En la ciudad de Guadalajara, Jalisco a ocho de julio del año dos mil veintiuno, el Comité de Atención de Denuncias por violencia de género de la Red de Periodistas de a Pie, conformado exprofeso para la revisión y resolución de la denuncia interpuesta el once de junio de dos mil veintiuno por la C. Dalila Escobar en contra del C. Arturo Contreras, emite la presente resolución definitiva de conformidad con las siguientes consideraciones:

1.- Recepción de denuncia y activación de protocolo

El día 11 de junio de 2021, el Consejo Directivo de la Red de Periodistas de a Pie recibió la denuncia por escrito de la periodista Dalila Escobar en contra del periodista Arturo Contreras, quien es colaborador de la citada organización y del medio de comunicación Pie de Página. De la misma manera, la denunciante remitió un mensaje de audio vía WhatsApp a Daniela Pastrana, directora editorial de Pie de Página, en el que expresaba algunos detalles sobre los mismos hechos contenidos en su escrito.


El día 16 de junio de 2021 Daniela Rea, integrante del Consejo Directivo, le notificó de manera individual por correo electrónico a Dalila Escobar y a Arturo Contreras la conformación oficial del Comité de Atención a Denuncias con la participación de Cinthia Gabriela Ramírez Fernández y Dosia Calderón Maydon, en el marco de la activación del Protocolo de Atención para Casos de Violencia de Género de la Red de Periodistas de a Pie, además de informarles de las siguientes diligencias a cargo de dicho órgano.

El 21 de junio de 2021 a las 15:00 horas el Comité de Atención a Denuncias sostuvo una entrevista virtual con Dalila Escobar con el objeto de conocer su estado anímico, así como escuchar sus expectativas y necesidades en el marco del proceso de estudio de su denuncia, de conformidad con los principios de no revictimización y de centralidad de la persona afectada contemplados en el protocolo de atención para casos de violencia de género de la Red de Periodistas de a Pie. El mismo día 21 de junio de 2021 a las 18:00 horas, el citado Comité tuvo un encuentro virtual con Arturo Contreras para conocer su posición frente a los hechos que se le atribuían en la denuncia interpuesta en su contra. Asimismo, dialogamos respecto a su sentir frente a estos hechos y las posibles medidas y acciones que él consideraba benéficas para reparar el daño ocasionado a Dalila.

2.- Sobre los hechos materia de la denuncia

El 10 de junio de 2021, en el contexto de la asignación de turnos para preguntas y respuestas con el presidente de la república, la periodista Dalila Escobar recibió el turno número uno para participar en la conferencia del día siguiente. No obstante, el 11 de junio de 2021, cuando tocó el turno de las preguntas, el presidente le dio la palabra a una persona distinta, razón por la cual Dalila interrumpió y solicitó el uso de la palabra, como había sido acordado el día previo.


Al finalizar la conferencia, el periodista Arturo Contreras, colaborador del medio de comunicación Pie de Página e igualmente de Periodistas de a Pie, se acercó a Dalila para reclamarle que debía respetar el orden de la lista de preguntas. En este sentido, a Arturo le habían hecho llegar una tarjeta con un orden distinto en el que, según su dicho, no aparecía Dalila. Al principio, ella pensó que él estaba bromeando, por lo que respondió riendo, sin embargo, él insistió diciéndole que debía respetar el orden de las listas, con un tono de voz que a Dalila le pareció agresivo, por lo que en ese momento ella se percató de que no se trataba de una broma. Acto seguido, él comenzó a caminar hacia la salida del salón y Dalila le siguió para intentar aclarar el conflicto. Al darle alcance a Arturo, Dalila le señaló que él desconocía los detalles de la asignación de turnos, pues le explicó que desde el día previo le habían dado el primer turno. Respecto a esto, Arturo intentó desmentirla señalando que su nombre ni siquiera aparecía en la lista. Cuando nuevamente él intentó retirarse del lugar, Dalila le dijo que era un pendejo por reclamar sin tener más información. En ese momento, Arturo se dio la vuelta y, de acuerdo con la percepción y sensibilidad de Dalila, él la empujó con su cuerpo al tiempo que le decía “¿A quién le dices pendejo?”. En ese momento, Dalila le pidió que no la aventara y, como ella misma refiere, tuvo la sensación de que en cualquier momento podría recibir un golpe de parte de él, por lo que se hizo a un lado y trató de retirarse físicamente. Cabe destacar que, de acuerdo con el propio testimonio de Arturo, inicialmente él permaneció físicamente próximo a Dalila.

Posteriormente, ambos acudieron al área de comunicación para aclarar el orden de los turnos asignados a ese día, y efectivamente fueron aclarados. Durante este momento Arturo no mostró molestia alguna frente a la persona que se encarga del área de comunicación en Palacio Nacional. Sin embargo, al salir del lugar Dalila lo cuestionó nuevamente por no haber reconocido lo que había sucedido minutos antes y fue entonces que Arturo nuevamente se aproximó físicamente a ella, por lo que se volvió a sentir intimidada y decidió entrar a los sanitarios de mujeres. Según el relato de Arturo, él permaneció afuera de los mismos por un momento más enviando algunos mensajes de texto.

3.- Consideraciones desde la perspectiva de género

A partir del relato ofrecido de manera escrita tanto por Dalila Escobar como por Arturo Contreras y las entrevistas sostenidas con ambos, el Comité observa que ambos coinciden en las causas del conflicto sucedido el 11 de junio de 2021 en relación con el uso de la palabra, intervención y asignación de turnos para la conferencia matutina con el presidente de la república. Concretamente, observamos que no hay controversia respecto a los siguientes hechos:

  1. El punto de inicio del conflicto fue el uso de la palabra del que hizo Dalila durante la conferencia matutina y una confusión acerca de los turnos para participar en la sesión de preguntas y respuestas.
  2. Fue Arturo quien abordó a Dalila para manifestar su molestia y acto seguido intentó retirarse del lugar.
  3. Efectivamente hubo una aproximación corporal de Arturo hacia Dalila, y ambos coinciden en que él permaneció de pie justo frente a ella de manera muy inmediata físicamente, por lo que fue ella quien puso distancia física luego de sentirse amenazada y tener temor de sufrir una agresión física.

Respecto a estos hechos, es importante señalar que algunos elementos conductuales de Arturo reflejan una expresión muy particular de masculinidad tradicional que pueden facilitar o promover situaciones constitutivas de violencia y/o desigualdad en la interacción con otras personas. En ese sentido, debe entenderse que la masculinidad tradicional o también nombrada “masculinidad hegemónica” es un “modelo social hegemónico que impone un modo particular de configuración de la subjetividad, la corporalidad, la posición existencial del común de los hombres y de los hombres comunes” (Bonino, 2002, págs. 7-8). Esta modelo de masculinidad preponderante subordina el papel de las mujeres en la sociedad y exalta los valores asociados a lo masculino, establece el dominio de los hombres en el control de los recursos, los espacios y las demás personas, así como la toma exclusiva de decisiones y la reafirmación constante de su autoridad frente a “los otros”. Al ser la masculinidad tradicional un producto de la cultura patriarcal es igualmente un operador atravesado por la dicotomía y la desigualdad y, por ello, se construye y reafirma a partir de la oposición e inferiorización de las y los demás “no masculinos”; en ese sentido, al ubicarse en el polo de la superioridad, “genera la creación de otr@s subordinad@s y opuest@s, de los cuales necesita para reafirmarse” (Bonino, 2002, pág. 10).

Este modelo identitario se encuentra sostenido culturalmente por cuatro principales creencias o arquetipos junguianos que actúan como vehículos visibles de las definiciones de ser que impone (Bonino, 2002; Campos Guadamuz, 2007; Gilmore, 1991): la autosuficiencia prestigiosa que se corresponde con el arquetipo del Rey; la belicosidad heroica asociada con los arquetipos del Guerrero y la Bestia; el respeto al valor de la jerarquía correspondiente al arquetipo del Mago; y el respeto al valor de la jerarquía que puede ser vinculado con el arquetipo del Rey, entre otros. Estas creencias y arquetipos facilitan la comprensión de ciertas conductas como las que se analizan en el presente caso, ayudan a identificar y explicar los elementos de género que las provocan y son útiles para apuntar posibles alternativas para reconducirlas.

La situación acontecida entre Arturo y Dalila incorpora algunos elementos que se corresponden con los arquetipos y creencias de la masculinidad tradicional mencionados anteriormente. Podemos observarlos en un primer momento en que Arturo se sintió emocionalmente movido y molesto por el hecho de que Dalila hubiera tomado la palabra en el evento sin tener el derecho, desde su consideración y perspectiva personal. Sin ser el propósito en este momento el determinar si le asistía o no la razón a Dalila, el hecho es que su acción no le afectaba única y exclusivamente a Arturo, sino a la colectividad de periodistas que esperaban plantear sus preguntas en la conferencia de prensa. Por otra parte, ante la supuesta acción indebida o incorrecta de una periodista durante la dinámica de la conferencia, la persona que realmente tiene el alcance y capacidad de gestión para corregir acciones indebidas como la que Arturo consideraba era la o el funcionario encargado del listado de participación.

Por la manera en que Arturo abordó a Dalila, no parecía conducirse con la intención de entablar un diálogo o reflexión con ella sobre lo sucedido, sino que simplemente se acerca a dar una orden: “respeta la lista”, misma consigna que reitera por segunda ocasión cuando Dalila reacciona intuyendo que se trata de una broma. Acto seguido Arturo decide retirarse dejando a Dalila, quien intenta responder, pero él actúa retirándose físicamente con el ánimo de ignorarla y/o impedirle expresar su postura.

Desde el inicio, Arturo decidió que él tenía autoridad suficiente para reclamar a la persona considerada como infractora -Dalila-, de la misma forma en que consideró que, dada su autoridad sobre las demás personas, su reclamo bastaría y no sería necesario acudir a quien realmente tenía la posibilidad de prevenir un desorden en la participación durante la conferencia de prensa. Al expresar su reclamo a Dalila, en realidad Arturo no se comportó como alguien que intenta resolver un conflicto sino como alguien que busca comunicar un mensaje unilateral con el propósito de reprender y castigar a quien se sale del orden o de la jerarquía, es decir, es una conducta que reafirma la autoridad, el control y el dominio sobre las acciones del resto. La evasión física de continuar el diálogo confirma en un segundo momento esta misma actitud.

Por otro lado, la reacción corporal de Arturo al aproximarse e inclusive provocar el contacto físico con Dalila es explicable desde las creencias y arquetipos de la masculinidad tradicional si se toma en cuenta que cuando un hombre hace uso de su autopercibida autoridad para corregir a “los otros”, lo que espera de acuerdo con el modelo identitario de masculinidad preponderante es que ese otro actúe de manera pasiva y sumisa ante la reprimenda. Sin embargo, Dalila tuvo una reacción distinta a la del mandato de género y actuó abiertamente con resistencia, inclusive utilizando la palabra “pendejo” para calificar a Arturo, lo cual desafía abierta y completamente la jerarquía, autoridad, dominio y control que sostienen la identidad masculina hegemónica y que provocaron en este caso concreto una contra reacción violenta en la que inclusive se presentó una aproximación corporal por parte de Arturo hacia Dalila. “¿A quién le dices pendejo?” es una frase que explica la actitud de reprender y corregir a otro/a a quien se considera inferior en una relación de poder y a quien se le puede someter.

Esta conducta corporal de Arturo, que fue el culmen de una cadena de situaciones en las que se ponía a prueba su masculinidad, puede entenderse como el resultado del desborde emocional que experimenta un hombre que ve retada su identidad y que no logra contener y gestionar su emocionalidad antes de actuar de una manera que socialmente es inapropiada, agresiva y que pone bajo amenaza a otra persona.

A los hombres se les socializa desde muy temprana edad en distintos tipos de normas culturales de la masculinidad hegemónica que van delimitando las conductas, emociones, ideas y expresiones que les es permitido manifestar tanto en el ámbito público como en el privado. La expresión emocional es un ámbito que resulta fuertemente impactado por estas normas de la masculinidad tradicional, misma que restringe a los hombres en su capacidad de sentir y manifestar cierto tipo de emociones (ternura, amor, tristeza, miedo), pero les promueve la exaltación de otras que, acompañadas de un deficiente control, pueden ser perjudiciales para la convivencia y la interacción social, como el enojo, la irritabilidad, el odio, la hostilidad o la frustración, entre otras. Cuando por alguna razón las personas no satisfacen los mandatos de género o intentan satisfacerlos, pero se enfrentan a situaciones o personas que les resisten, surge un conflicto subjetivo que, sobre todo en el caso particular de los hombres, no siempre se resuelve de manera pacífica, pues como parte de su proceso de socialización en la masculinidad tradicional, no se les proveen herramientas para reconocer, gestionar y canalizar sus emociones.

Frente a todo este escenario y en respuesta a las conductas desplegadas por Arturo, Dalila manifestó en repetidas ocasiones ante este órgano haber sentido un temor de ser víctima de violencia física dada la conducta corporal de Arturo que planteó su reclamo en un contexto que ella pudo percibir como intimidante. En ese sentido, no hay que ignorar que cuando hay presencia de contacto físico es entendible que pueda acrecentarse esa percepción. Aún más, cuando se trata de relaciones de poder atravesadas por el género, debe considerarse que las mujeres se encuentran en una especial situación de vulnerabilidad dada su condición de subordinación cultural en la estructura social patriarcal. Por otra parte, este es el elemento central del planteamiento que la denunciante hace en distintos momentos: la incertidumbre respecto a la potencial escalada física de un reclamo que, en primera instancia, pudo resolverse por una vía institucional directamente o que pudo expresarse de manera pacífica.

El impacto que este evento conflictivo tuvo en la denunciante debe valorarse en el contexto del estrés y desgaste que experimentan las mujeres en el ejercicio de la profesión periodística, pues como también se desprende del relato de la denunciante, la interacción social y las prácticas de trabajo implican un alto grado de desigualdad entre hombres y mujeres y son ellas quienes se ven constantemente enfrentadas a estereotipos y prejuicios que obstaculizan su práctica profesional. Tal escenario ha sido reconocido inclusive por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el sentido de que, “aunque en los últimos años se registran cada vez más mujeres ejerciendo el periodismo, las normas sociales y los estereotipos de género todavía ‘representan un enorme desafío para la capacidad de la mujer para iniciar y llevar a cabo una carrera en el ámbito del periodismo en igualdad de condiciones con el hombre’ [y de que], en muchos contextos, persiste la percepción de que el periodismo no es una profesión ‘apropiada’ para las mujeres, lo que da lugar a grandes presiones sociales para que estas no accedan a la profesión o la abandonen”. Todo lo anterior trae como consecuencia que las mujeres periodistas vean limitadas sus oportunidades de desarrollo profesional y de su trayectoria” (RELE, 2018, págs. 18-19).

4.- Sobre las medidas de reparación integral del daño

La reparación integral parte del principio restitutio in integrum, en esencia se traduce en resarcir el daño y restaurar a la víctima, hasta donde sea posible, a las condiciones que gozaba anteriormente al daño. Sin embargo, este principio necesita un giro, especialmente cuando hablamos de regresar a condiciones de desigualdad y discriminación. Para las mujeres se buscan medidas de reparación tendientes a la transformación de dichas condiciones y que puedan tener una dimensión tanto individual como colectiva. Las reparaciones transformadoras a la par de la perspectiva de género buscan tener “un efecto no solo restitutivo sino también correctivo. En este sentido, no es admisible una restitución a la misma situación estructural de discriminación” (Corte IDH. Caso González y otras, 2009, párr. 450). De lo anterior, se desprende que la vocación transformadora de las reparaciones propone la corrección de las condiciones de vulnerabilidad previas a las violaciones a los derechos, de tal manera que las mujeres no sean devueltas a la misma situación estructural de discriminación y violencia.

En el caso concreto, valoramos que algunas medidas individualizadas pueden ser adoptadas directamente en beneficio de Dalila, así como otras consideradas como garantías de no repetición que sentarán bases sólidas para evitar futuras situaciones, tal como lo indica el Protocolo de Atención a Casos de Violencia de Género, que contemplan acciones para la atención de los elementos constitutivos de la masculinidad tradicional que se manifestaron en algunas conductas de Arturo y que detonaron el conflicto; y, otras que contribuyan al abordaje de estos mismos elementos en un plano colectivo dentro de la Red de Periodistas de a Pie, con el afán de prevenir futuras situaciones similares.

Las medidas de reparación a continuación propuestas implican importantes esfuerzos para que su implementación no exponga de ninguna manera a Dalia a alguna desigualdad y discriminación de género, además del poder estructural que éstas pueden tener.

En relación con las medidas a tomar por parte de Periodistas de a Pie:

  • Se valora positivamente se hayan activado los canales previstos por el Protocolo de Atención a Casos de Violencia de Género que permitieron que Dalila pudiera expresar y compartir la situación vivida ante el Comité con el propósito de restituir y reparar el daño. En ese sentido, se pide a la Red de Periodistas de a Pie continúe fortaleciendo los mecanismos de denuncia en condiciones de respeto, igualdad, confidencialidad y debido proceso.
  • Al mismo tiempo, es necesario que se haga una revisión del Protocolo para Atender Denuncias por Violencia de Género y que se realicen las modificaciones y actualizaciones pertinentes, entre las cuales, es importante que se contemplen reglas que garanticen que desde el momento en que se reciba una denuncia por violencia de género y hasta el momento de culminación de su estudio por parte del respectivo Comité, se evite cualquier posicionamiento de todas las personas integrantes de la Red de Periodistas de De a Pie en relación con los hechos del mismo. Por consiguiente, debe quedar explícita la prohibición para cualquier persona de la citada organización de posicionarse por cualquier medio o por cualquier formato al respecto, ya sea a través de blogs, columnas periodísticas, redes sociales o cualquier otro medio. Lo anterior, con el fin de proteger la confianza y el ánimo de las partes frente al proceso.
  • Como otra medida de reparación, solicitamos que la Red de Periodistas de De a Pie genere círculos o conversatorios seguros para compartir y abordar expresiones y experiencias de trabajo donde las dinámicas de género han estado presentes y que se identifiquen en qué casos han generado violencia de género hacia sus integrantes o personas colaboradoras. Se pide que, de conformidad con las posibilidades y recursos de la Red, se defina una periodicidad accesible y estable y con el apoyo de una persona facilitadora experta en género. Este espacio de reflexión permanente deberá servir especialmente para poner sobre la mesa estas dinámicas de poder que comúnmente están invisibilizadas y muchas veces arraigadas en las personas integrantes del equipo.
  • Luego de valorar los efectos negativos que vivió la denunciante dados los hechos narrados en el presente caso, el Comité estima pertinente que Periodistas de a Pie difunda la presente resolución a través de los medios que considere adecuados, como una acción reivindicativa y de reconocimiento de la experiencia sufrida por Dalila.

En relación con las medidas a tomar respecto a Dalila:

  • A partir del análisis sobre los efectos que tuvo la situación de conflicto que vivió Dalila, quien refirió en diversos momentos del procedimiento haber experimentado algunos malestares físicos y emocionales como consecuencia de los hechos, el Comité estima pertinente que se le proporcione acompañamiento psicosocial con una institución especializada en este tipo de procesos hasta por al menos seis sesiones, de acuerdo con las consultas realizadas por el Comité. Por otra parte, con el objeto de respetar el consentimiento de Dalila respecto a la adopción de esta medida, solicitamos que Periodistas de a Pie consulte previamente con ella para confirmar este acompañamiento. En caso de que la denunciante manifieste su deseo de optar por otro tipo de proceso que estime pertinente (psicosocial, terapéutico, alternativo, médico, grupal, otro), y siempre velando por que pueda continuar trabajando en condiciones de confianza y tranquilidad, la Red deberá cubrir los gastos homólogos a las seis sesiones contempladas con la institución que se había determinado inicialmente.

Sobre las medidas que deben adoptarse en relación con Arturo:

  • En seguimiento a las sesiones que tuvimos con ambas partes, consideramos relevante retomar que Arturo está dispuesto a disculparse con Dalila. Por ello, a este ofrecimiento le daremos una dimensión de reparación, para lo cual se requiere a Arturo que manifieste, por escrito y de manera pública por el medio que estime pertinente, un reconocimiento de su conducta y de los hechos sucedidos en concordancia con esta resolución, así como una disculpa hacia la denunciante por su conducta y por los efectos negativos que le produjo a ella. El Comité dará seguimiento a esto para que pueda realizarse en las condiciones señaladas, en coordinación con la Red de Periodistas de a Pie.
  • De conformidad con el análisis presentado en la presente resolución respecto a la conducta desplegada por Arturo y su interacción con la denunciante, así como lo conversado en la sesión que el Comité sostuvo con él, este órgano estima pertinente que asista a por lo menos 6 sesiones de trabajo sobre nuevas masculinidades y perspectiva de género dirigida a trabajar en su gestión emocional y la reflexión sobre sus interacciones sociales con otras personas, especialmente con las mujeres periodistas con quienes convive cotidianamente. Este trabajo de introspección y reflexión intrapersonal deberá ser gestionado por Periodistas de a Pie. Consideramos relevante destacar que esta medida atiende las causas que detonaron el conflicto del presente caso, pero que, igualmente resultarán benéficas para la mejor convivencia entre las y los colaboradores de la Red de Periodistas de a Pie.

Seguimiento a la implementación de la presente resolución

De conformidad con el Protocolo, el Comité establece un plazo de 2 meses a partir de la emisión de la presente resolución y según el calendario para que se dé cumplimiento de la presente resolución. Se requiere a Periodistas de a Pie para que una vez dado cumplimiento total a esta determinación, informe por correo electrónico las acciones y medidas implementadas, así como que notifique cualquier inconveniente u obstáculo para su cumplimiento. El Comité podrá reunirse con las partes involucradas así como en todo momento mantendrá la coordinación y el diálogo con la Red de Periodistas de De a Pie, cuantas veces sea necesario, con el fin de monitorear la implementación adecuada de las medidas de reparación.

Así lo resolvieron:

Mtra. Dosia Calderón Maydon
Mtra. Cinthia Gabriela Ramírez Fernández

Bibliografía

Bonino, L. (2002). Masculinidad hegemónica e identidad masculina. Dossiers Feministes 6. Masculinitats: Mites, De/construccions I Mascarades, 7-36.


Campos Guadamuz, Á. (2007). Así aprendimos a ser hombres. San José, Costa Rica: Oficina de seguimiento y asesoría de proyectos, OSA.

Corte IDH, C. (2009). Caso González y otras «Campo Algodonero» vs. México.

Gilmore, D. (1991). Manhood in the Making: Cultural Concepts of Masculinity . Yale University Press.

RELE, R. (2018). Mujeres periodistas y libertad de expresión. Washington, DC: Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

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