Publicado: 28.09.2018
Por Samantha Páez
Después del beso que Andrés Manuel López Obrador dio un beso a la reportera Lorena García en Tijuana, cuando le hizo una pregunta; Lucía Lagunes, de CIMAC, y Daniela Pastrana, de Periodistas de a pie, coincidieron en que falta profesionalismo en el trato entre el político y la prensa.
Ya que en un contexto nacional donde la violencia contra las mujeres se banaliza, es grave que una figura política como López Obrador tuviera ese acercamiento no consentido con Lorena; pero también es de cuidado que el gremio no tome una distancia profesional con el presidente electo y le aplauda o adule en los eventos públicos.
Beso inadecuado
Lorena García, reportera del diario El Mexicano y TV Azteca, contó durante una entrevista telefónica que el jueves 20 de septiembre les avisaron de una reunión privada entre el presidente electo y el gobernador Baja California, Francisco Vega de Lamadrid.
En la sala de prensa del Centro de Gobierno se colocó una mesa con dos micrófonos y los respectivos nombres de los políticos, así como una lona de fondo con propaganda del morenista. Situación que parecía indicar que López Obrador daría una entrevista a los medios locales.
Después de una hora y media, los medios de comunicación fueron informados que el presidente electo se retiraba. Fue entonces que Lorena y sus colegas salieron a buscar al excandidato, a quien encontraron hablando con los medios nacionales.
Debido a que no le dio tiempo preguntar, Lorena caminó al lado de Andrés Manuel López y lo cuestionó sobre las elecciones del próximo año en el estado. Cuando llegaron a la camioneta, en lugar de recibir una respuesta el político se volteó y le dio un beso en la mejilla derecha.
Para Lorena fue algo inesperado y se quedó parada sin saber qué hacer, después cayó en cuenta que la acción de Andrés Manuel López no fue la más adecuada.
“Fue algo que un presidente electo no debe de hacer cuando se le cuestiona. Mi pregunta yo no sé si le incomodó, pero el hecho de que se haya volteado y me haya dado un beso sí considero que fue inapropiado para la relación prensa-gobierno electo”, dijo la reportera.
Se banaliza violencia
Para Lucía Lagunes, de Comunicación e Información de la Mujer (Cimac), el mensaje que manda el presidente electo es grave, pues banaliza y disminuye lo que pasa en un contexto social como México, donde como el acoso y el hostigamiento están naturalizados.
De acuerdo con el informe “El poder del cacicazgo. Violencia contra Mujeres Periodistas 2014-2015”, un 2% de las periodistas mexicanas agredidas padecieron acoso u hostigamiento sexual, tanto en su cobertura diaria como en su trabajo.
“Si hay una denuncia permanente en el gremio periodístico, en especial de las mujeres, tiene que ver con el acoso y el hostigamiento sexual, no sólo en México sino en el mundo”, agregó Lucía.
En ese contexto es común que las periodistas sean tocadas o tratadas de manera no deseada por parte de sus fuentes masculinas, a pesar de que saben que están trabajando. Entonces, desde la perspectiva de Lucía, la actitud de Andrés Manuel refuerza la idea que es normal tratar así a las reporteras y que en el propio gremio no se erradiquen esas prácticas sexistas.
Prensa no toma distancia
Daniela Pastrana, de la Red Nacional de Periodistas de a Pie, comentó que si bien López Obrador ha fallado en “ser cariñoso” con la prensa; también los y las periodistas están cometiendo errores éticos al acercársele.
Algunas de las malas prácticas en que incurren los medios es pedirle que cambie el horario de los eventos, le digan halagos o le aplaudan cuando habla de las malas condiciones en que viven los periodistas. También que lo persigan o, incluso, que lo golpeen.
“Es una relación que rebasa ciertos límites y que no es correcta de ninguna de las dos partes; no es correcto que nosotros lo tratemos como nuestro compa y que él nos trate con ‘cariño’, debe ser un trato profesional”.
Otra cuestión que le parece importante a Daniela es que el gremio no vaya más allá de buscar las declaraciones del presidente electo o que cuente su vida diaria, porque eso no abona a entender los problemas estructurales del país.