Artículo invitado: Relación prensa – gobierno: compra, censura, represión

Captura tomada de Zona Franca

Artículo invitado

El manejo discrecional de los recursos públicos destinados a publicidad oficial es un tema que va más allá de la transparencia con que se manejan los gobiernos; es uno de los factores que impiden que la incipiente democracia mexicana se consolide, pues es una de las estrategias de los gobiernos para acallar voces críticas y por lo tanto evadir la rendición de cuentas.

A los políticos mexicanos aún les cuesta mucho trabajo asumir la crítica, es percibido como un ataque personal, una agresión. Es común escuchar de voceros la pregunta “¿qué te hizo mi jefe para que lo trates así?”, por lo que no es de extrañar que la respuesta de los gobiernos sea la “violencia institucional”, que va desde cosas tan simples como no enviar la agenda de actividades y boletines al periodista “revoltoso”, y que puede llegar hasta condicionar la compra de publicidad a cambio del despido de tal reportero o cancelar la publicidad en el medio “grillero”.

En un país con decenas de agresiones a periodistas, estas actitudes han sido normalizadas en el gremio, pues se tiene que aprender a “torear” al funcionario, mediando entre una leve crítica y el contrato publicitario, lo que ha desarrollado una relación disfuncional y codependiente.

El caso Guanajuato, cuyo gobernador, Miguel Márquez Márquez, no ha saltado a la fama nacional por grandes casos de corrupción pero se destaca por las numerosas inversiones extranjeras en el área automotriz, pareciera que no hay persecución al estilo Javier Duarte en contra de la prensa, pero la manera de coaccionar ha sido un poco más sutil y efectiva: compra de publicidad a grandes y pequeños medios e ir recortando a aquellos que le son incómodos; filtraciones a los medios amigos y cerco informativo con los críticos.

Al menos, había sido sutil hasta que el diario digital Zona Franca publicó un reportaje en el que mostraba que la coordinación de comunicación social había contratado a una empresa boletinada por el Servicio de Administración Tributaria por realizar actividades inexistentes. F.B.M. Comercializadora obtuvo cerca de 5 millones de pesos en dos años por ofrecer publicidad al interior de los “soles”, periódicos pertenecientes a la Organización Editorial Mexicana, una especie de triangulación para un medio que ya recibe millones al año de manera directa.

En dicho reportaje, y posteriores, se mostró que la empresa tiene diferentes domicilios y que en ninguno de ellos opera; que sus socios suelen ser personas dedicadas a otras actividades, entre otras anomalías. A pesar de esto, el gobierno estatal le otorgó otros 800 mil pesos durante los últimos tres meses de 2017.

Antes de publicar, se realizó una entrevista al coordinador de comunicación social, Enrique Avilés Pérez, quien dijo desconocer tal situación y aseguró que toda la documentación estaba en orden y se comprometió a presentarla. Eso sucedió el 8 de diciembre de 2017. A la fecha, no sólo se nos dieron largas para la entrega de los testigos, sino que la información fue reservada por un año y en entretanto, Zona Franca fue víctima de ciberataques constantes a lo largo de enero de 2018; en febrero cambiaron de estrategia y decidió el gobierno estatal realizar una auditoría a la empresa luego de haber enviado amenazas veladas con un activista. Hay que resaltar que en el presente año, el gobierno de Márquez dejó de publicitarse en el medio guanajuatense y según testigos, ha pedido a algunos alcaldes panistas que dejen de publicitarse en el portal.

En este momento en que Guanajuato vive una ola de violencia sin precedente y tras 26 años de ser gobernados los guanajuatenses por el Partido Acción Nacional, es necesaria una prensa crítica, analítica, que exija de los funcionarios transparencia y efectividad. Pero con medios cada vez más dependientes del recurso público, es evidente que los contratos se reparten para comprar voluntades e inhibir el ejercicio de la labor periodística.

Zona Franca ha sostenido la importancia de que existan reglas claras y transparentes en la contratación de medios para difundir la publicidad oficial, pues es dinero público y su manejo no por ningún motivo, debe ser discrecional. Los directivos del medio tampoco quieren que se pare la auditoría, al contrario, debe seguir el proceso conforme a la ley.

Resulta absurdo que la denuncia de una irregularidad derive en consecuencias no para el funcionario que la comete y la empresa que se presta, sino para el medio que lo exhibe aportando pruebas. Sin medios independientes y sin un uso transparente y regulado del gasto público de la publicidad oficial, no puede haber una democracia creíble, vulnerando las garantías al derecho de información de los ciudadanos.

Artículo invitado: La tarea de contar la nueva emergencia en México, los sismos

Ilustración: Istmo Press

Remonto los días a mi adolescencia, a uno de mis maestros, Francisco Toledo -y no es el pintor oaxaqueño, pero sí soñador de las letras- mi maestro de Historia, un hombre que nos hablaba cada que podía, de que en el Istmo alguna vez iba a suceder un terremoto; debo confesarles que algunos lo tomábamos de locos, y otros más como de incredulidad, pero esa parte de mi vida la recuerdo porque nuevamente vino a florecer diez minutos antes de que concluyera el jueves de 7 septiembre de 2017, la noche que nos permitió volver a vivir.

México se ha caracterizado por tener emergencias desde los feminicidios, desapariciones, violencia o el asesinato de periodistas, pero hace seis meses se sumó una nueva: los sismos. Lo llamo emergencia porque no solo se trata de sociedades que han perdido un hogar sino de sociedades que también tienen destruida el alma porque ahora viven con miedo, pánico, estrés, depresión y ansiedad.

La noche del 7 de septiembre mi mente entró en shock emocional, por un lado me convertí en una de las miles de damnificadas por el terremoto pero también me ocupaba mi trabajo como periodista, ¿Qué hacer o como enfrentar tu labor cuando eres periodista y damnificada?, esa pregunta me la repetí mil veces y sigo haciéndomela.

Entonces me puse a pensar cómo compartir historias con el resto de la sociedad mexicana, cómo plasmar mi historia en los rostros de los damnificados y cómo ser una periodista en medio de esta emergencia física y emocional.

Lo primero que hay que hacer para poder plasmar las historias del terremoto es privilegiar una armonía familiar en medio de todo lo que se vive, si hay hijos y esposo, es importante recuperar la estabilidad en el hogar porque es imposible tener conflictos con ellos y, al mismo tiempo, ser capaz de redactar una nota periodística.

Es cierto que en las redacciones y en los diarios con el simple hecho de decir “me encuentro bien” se supera el miedo, la frustración, la impotencia y el coraje de lo que se vive, pero vivir una emergencia de sismo no solo son las estadísticas de viviendas dañadas y tampoco de los funcionarios que recorren la zona; la emergencia del sismo para mí que he cubierto casi seis meses, es conocer el corazón y el alma que guarda a los damnificados.

Uso esta frase popular en México “Sin querer queriendo”, para contarles que nadie está preparado para un terremoto y mucho menos como periodista cubrir este tipo de emergencias, pero por supuesto lo que ayudó o ha ayudado a seguir donde hoy estoy, es el conocimiento obtenido en cursos y talleres; mucho le debo a Periodistas de a pie quienes en varios momentos nos prepararon en temas de “seguridad para periodistas”, enseñanza que por supuesto fue útil en esta emergencia.

No voy a enumerar un recetario de los aspectos a reconocer para escribir historias en medio de un terremoto, pero sí enunciaré situaciones claras que todo periodista debe tomar en cuenta:

1.- Cuando hay un terremoto la solidaridad crece como una burbuja y disipa toda violencia, bueno, al menos así ocurrió en Juchitán que es una de las ciudades más violentas de Oaxaca y del país, pero que con este movimiento telúrico de gran magnitud dejó ver en sus primeros tres meses mucha armonía e integración. Tener esta solidaridad ayuda al periodista a involucrarse con los damnificados desde su modo de vida y su cosmovisión; de éstas visitas se obtienen grandes historias.

2.-No hay más que decir la verdad, recorrer las calles y avenidas y observar de cerca la tristeza, preocupación, angustia e impotencia que despiertan en el periodista una gran variedad de datos que los puede plasmar mediante un reportaje, una crónica o una entrevista.

3.-El periodista no debe quedarse con el comunicado de las autoridades, sino escarbar en las colonias y secciones, en los barrios y en las comunidades, son en estos sitios donde se obtiene la información real y precisa porque ahí no habla el señor o señora, el damnificado o la damnificada, sino los que hablan son los “corazones”.

4.- Es importante ser propositivos en las redacciones, muchas veces los jefes nos solicitan enviar historias sobre los damnificados, por lo que recomiendo como importante, el incluir a los niños y los adultos mayores (los y las abuelas) de la tragedia porque visibiliza a esa población vulnerable que difícilmente se incluye en los diarios de índole nacional.

5.- Cuando se cumplen este tipo de temas es imposible que las lagrimas no salgan, y eso no significa que una no sea un buena o mala periodista, escuchar a los damnificados perder un ser querido o su casa por el sismo, le recuerda a una que es un ser humano y que su papel es compartir esa historia.

Se podrían enumerar más, pero considero que lo primordial es que el periodista recuerde que es un ser humano y no una maquina que solo transcribe lo que escucha o lo que ve, mientras el periodista mantenga esta postura seguramente los textos logrados serán historias de vida de aquellas voces que necesitan ser leídas, de aquellas lagrimas que necesitan ser compartidas y de aquellas preocupaciones que el lector seguramente guardará en su corazón.

Estas historias apenas comienzan, la placa tectónica “de los cocos” ha resurgido y amenaza con seguir moviendo la tierra, los periodistas que somos de esta zona no nos queda más que vivir, porque cuando hay pasión por el periodismo, salir a la calle y escuchar historias se vuelve un nuevo motivo para conquistar las redacciones.

Periodistas mexicanos «rompen» el silencio desde Barcelona

Publicado: 16.02.2018

Fotos: La Pared

Barcelona.- La prensa en México está bajo asedio. Los periodistas no sólo se enfrentan a los asesinatos y desapariciones forzadas, también padecen constantes agresiones del narco, del Estado, y de su clase política que ha obligado a decenas de ellos a desplazarse de manera interna.

Durante 2017, México empató a Siria, un territorio en una guerra endémica, en número de periodistas asesinados: 12 en total. Por eso, desde la capital catalana los periodistas mexicanos vinieron a «romper el silencio» y tender puentes internacionales para visualizar las diferentes violencias que recorren el territorio mexicano.

Este jueves en la sede del Colegio de Periodistas de Cataluña de Barcelona se llevó a cabo la presentación del libro «Romper el silencio. 22 gritos contra la censura», que se publicó el pasado octubre en la Ciudad de México bajo el auspicio de la Brigada para leer en libertad y el colectivo Periodistas de a Pie, y que ahora gracias a la organización Taula Per Mexic (Mesa por México) y el Ayuntamiento de Barcelona, se reeditó en una edición especial para su distribución en Cataluña.

Además se organizó la mesa redonda sobre los riesgos que enfrentan los periodistas mexicanos con la participación de los y las periodistas Daniela Rea, miembro fundadora de la red Periodistas de a Pie y compiladora de este libro; Martín Durán, primer periodista en el programa de acogida temporal de la Taula Per Mexic y uno de los autores de Romper el silencio; Alejandro Gutiérrez, corresponsal de la revista Proceso en Madrid, autor de varios libros especializados, y Majo Siscar, periodista valenciana especializada en temas de Centro América y México.

«Romper el silencio» recoge 22 testimonios de periodistas que durante los últimos años han cubierto la violencia en México, de norte a sur, y del noroeste al sureste, y en cada uno de los textos se puede descubrir cómo han sido marcados los comunicadores que se enfrentan no solo a las agresiones físicas y emocionales, censuras oficiales y precarias condiciones laborales, sino también al asesinato sistemático de sus compañeros, y que por encima de todo esto, tengan que contar sus historias.

“El libro surguió como respuesta inmediatamente después del asesinato de Javier Valdez en Sinaloa, lo comentamos con los compañeros y de inmediato se sumaron”, indicó Daniela Rea. Justo ayer, se cumplieron 9 meses del crimen del autor de Malayerba y Los Morros del Narco, y sus amigos en Culiacán, Sinaloa, denunciaron los nulos avances para esclarecer el caso.

Al crimen contra Valdez Cárdenas se suma el de la periodista de Chihuahua, corresponsal de La Jornada al igual que Javier, Miroslava Breach, quien era amiga de Alejandro Gutiérrez.

Gutiérrez, con 10 años reporteando desde Europa, también tuvo que salir de su país por amenazas en su contra. Contó que la Unión Europea no quiere voltear a ver la realidad mexicana, y solo se conforma con observar la “versión oficial”, es decir, solo las explicaciones del Gobierno mexicano.

Explicó que uno de los factores por el que los países europeos no desean reclamarle al Estado mexicano los excesos cometidos por el poder criminal y el político se debe a los negocios.

“España tiene 40 mil millones de euros invertidos en México, y es esta diplomacia empresarial la que impide que le diga algo a su socio, yo quisiera ver, es sano que entre socios se reclamen las condiciones de seguridad”, apuntó Gutiérrez.

Durán, por su parte, externó que cuando el presidente Felipe Calderón inició su llamada “guerra contra el narcotráfico” en 2007, los periodistas no estaban preparados para enfrentar la escalada de violencia, y que el aprendizaje ha costado mucha sangre al país y al gremio periodístico, por lo que es necesario empezar por cambiar el lenguaje, el tono bélico de la cobertura mediática.

“Aún ahora no hemos aprendido a hacerlo, nos falta mucho, y aunque hay muchas iniciativas que buscan contar historias, muchas veces los periodistas no pueden desarrollarse debido a las limitaciones en sus empleos, en sus empresas”, refirió.

Habló que cada vez en México los comunicadores se han visto en la necesidad de organizarse más y mejor, profesionalizarse, y actualmente impulsa junto con otros colegas un colectivo de periodistas desplazados de manera interna por la violencia.

«Sólo con organización vamos a poder protegernos mejor y exigir mejores condiciones de seguridad, sin olvidar que es necesario que nuestra voz necesario se escuche fuera del país. Es urgente, es necesario», mencionó.

Actualmente se echó andar un programa de refugio temporal para periodistas mexicanos en riesgo auspiciado por la organización Taula per Mexic y el Ayuntamiento de Barcelona, para tender puentes de solidaridad y fomentar el respeto a los derechos humanos y a la libertad de expresión.

Información tomada del Muro de facebook de La Pared

Rumbo a una ley de Publicidad Oficial, el primer saque

Imagen tomada de LadoB

El pasado miércoles 7 de febrero 35 organizaciones y medios, y más de 50 periodistas y activistas presentaron un documento con las bases mínimas para que el Senado legisle sobre uno de los grandes pendientes que el gobierno de Enrique Peña Nieto arrastra desde hace tres años y que el Estado Mexicano le debe a la ciudadanía desde hace digamos unas 10 décadas: una prensa libre del control político a través de los convenios publicitarios y las prebendas.

 

Y se lo debe a los y las ciudadanas porque lo que se vulnera cuando se impone a golpe de chequera un discurso, un personaje, una realidad construida, una mentira repetida cientos o decenas de veces, es el derecho a estar informados con veracidad y pluralidad. Ese derecho que desde 1977, tras la reforma al artículo 6º Constitucional el Estado tiene la obligación de garantizar. Y que forma parte de la Libertad de Expresión que la Constitución también reconoce en ese mismo artículo.

Pero la realidad que dibuja la letra constitucional no es la misma que se vive en las redacciones cuando una información de interés público es desechada por que “no es nota” pues le pega al que paga: al compadre, al amigo, al que invita la comida en junio cuando el gobernante en turno celebra el “día de la libertad de expresión” con viandas, alcohol y hasta algún regalito para sus convidados.

Son 10 puntos básicos sobre los que los legisladores tendrán que trabajar para cumplir con la orden que le impuso la SCJN en noviembre del año pasado, luego de que Artículo 19 ganara un amparo ante la omisión del Congreso de la Unión de legislar una ley reglamentaria al párrafo octavo del artículo 134, el que habla de la obligación de manejar los recursos públicos con “eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez”

El párrafo octavo se refiere a la propaganda gubernamental y la comunicación social de la administración pública en cualquiera de sus esferas de gobierno.

Los legisladores llevaban nomás 10 años de ignorar que cuando reformaron el artículo 134 para agregarle las restricciones al uso de la publicidad oficial como herramienta de promoción personalizada de políticos y funcionarios —párrafo octavo— se dieron 30 días para crear las leyes reglamentarias. No lo hicieron en 2007 y no lo hicieron tampoco después de la reforma política de 2014.

Ahora la Suprema Corte les fijó como plazo hasta el 30 de abril de este año. Y desde la sociedad civil se les fijó ya un piso mínimo, y ojo, es un piso mínimo.

Sobre esos diez puntos hay que construir hacia arriba. No es lo deseable, es el mínimo indispensable para empezar a contener eso que la propia corte reconoció como “censura indirecta”, es decir premiar con recursos públicos a los medios cómodos, los que no cuestionan al poder, los que aplauden y publican en primera plana las fotos del gobernante en turno besando infantes y abrazando ancianos y ancianas. Y castigar a los que investigan, a los que levantan la alfombra y muestran la corrupción rampante, a los que verifican el discursos para tratar de elevar el costo de la mentira, los que, simple y llanamente hacen periodismo.

El decálogo de mínimos arranca con un enunciado base: “la publicidad oficial no debe desaparecer”, entendiendo que los gobiernos deben comunicarse con sus gobernados no sólo en un diálogo de iguales, sino que también es necesario informen sobre planes, programas y servicios. Entendiendo que la publicidad oficial debe regresar al concepto de Comunicación Social y erradicando la promoción personal o la construcción de discursos de verdad oficial. Queremos como periodistas y como sociedad, medios que sean contrapeso informativo del poder, que lo vigilen, y no meros replicantes del discurso oficial.

Se pide también una Ley General que establezca elementos base para todos los niveles de gobierno en donde se incluya a todos los entes gubernamentales (universidades públicas incluidas) y personas físicas que ejerzan recursos públicos con fines publicitarios.

Pero además como parte de ese derecho a la información que el estado debe garantizar, se pide el fomento desde el Estado de la pluralidad y diversidad informativa, es decir medios pequeños y hiperlocales, comunitarios y alternativos, todos deben estar incluidos.

Por supuesto es necesaria la transparencia en la asignación de los dos lados, del gubernamental pero también del mediático; y del mediático también la obligación de ofrecer un trabajo profesional, con capacitación constante, apegado a estándares éticos. Y para ello se delinea la creación de un ente regulador ciudadano para la asignación publicitaria.

La puerta está abierta, la sociedad civil y los periodistas está exigiendo participar en la construcción de las reglas del juego para plantear una nueva relación medios-poder, el decálogo planteado no es el punto de llegada, es, insisto, el punto de arranque para una amplia discusión sobre los medios que queremos y los medios que necesitamos en este país.

Agresiones contra la prensa, enero 2018

Publicado: 14.02.2018

Convocatoria Concurso Género y Justicia 2017

Publicado: 14.02.2018

Los trabajos deberán abordar los siguientes temas:

  • La igualdad y la no discriminación en el acceso a la justicia. Obstáculos y retos que enfrentan las mujeres, niñas, niños y adolescentes para acceder a la justicia.
  • Ejercicio y goce del derecho a la igualdad y a la no discriminación de mujeres, niñas, niños y adolescentes.
  • Violencia contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes.
  • Trata de personas.
  • Feminicidios, enfocado a sus causas, prevención y obstáculos para su configuración.
  • Ejercicio de los derechos político-electorales y género.

El concurso está dirigido a todo público. Las personas aspirantes podrán ser mexicanas o extranjeras, pero deberán abordar la problemática en México.

Los trabajos deberán entregarse, a más tardar, el lunes 12 de marzo de 2018 a las 15:00 horas, en las oficinas de la Unidad General de Igualdad de Género de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Pino Suárez No. 2, puerta 1032 (antes Canal Judicial), Colonia Centro, Delegación Cuauhtémoc, CP 06065, Ciudad de México, de lunes a viernes en un horario de 09:00 a 15:00 horas.

Puedes consultar la convocatoria AQUÍ

Más información

El derecho de réplica, ¿afectaría la libertad de expresión?

Publicado: 08.02.2018

por Samantha Paez

 

El pasado mes de enero la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió cómo quedará el derecho de réplica tras la reforma al artículo 6 constitucional, adelantando que la réplica no representa una sanción para los medios de comunicación ni una reparación del daño para los ciudadanos.

La Corte dijo que la réplica representa una oportunidad para equilibrar información falsa o inexacta, en caso de que la parte agraviada quede inconforme puede recurrir a la demanda por daño moral.

Sin embargo la preocupación que impera entre los periodistas y opinadores, es que ambas herramientas, a las cuales puede acogerse cualquierpersona, son utilizadas por actores políticos y económicos para coartar la libertad de expresión. En el caso del derecho a réplica Norma Trujillo Báez, de Veracruz, se amparó contra el derecho de réplica sobre noticias verídicas y sobre el uso de éste para denostar el trabajo periodístico; mientras que el periodista Pedro Mellado Rodríguez, de Jalisco, fue demandado por daño moral al comentar en su columna, la actividad pública en el Congreso de Jalisco, del hoy presidente del Partido Verde Ecologista de México, Enrique Aubry.

 

Corte modifica derecho de réplica

Desde inicios de 2018 la SCJN anunció que resolvería los recursos de inconstitucionalidad interpuestos contra la reforma al artículo 6, referente al derecho de réplica.

La Corte aprobó que el derecho de réplica sea sólo para información falsa o inexacta, no así para la que es verídica pero “agraviante”. De tal forma que las personas agraviadas por la información falsa o inexacta puedan publicar la versión alternativa de la información.

Otras disposiciones de la SCJN son que los y las aspirantes independientes también puedes solicitar el derecho a réplica; las personas que deseen la réplica no tienen que presentar pruebas de la afectación y sólo se debe probar la inexactitud o falsedad.

Si se trata de información proveniente de agencias las personas afectadas tendrán que solicitar la réplica a las mismas y no a los medios de comunicación que retomen esos datos; los medios electrónicos también están obligados a dar réplica y no pueden negar el derecho en caso de que la réplica sea “ofensiva”, porque el criterio es subjetivo.

En caso de que una persona ya fallecida sea agraviada su cónyuge o parientes de línea directa pueden solicitar la réplica; también la Suprema Corte pidió al Congreso de la Unión ampliar los cinco días de plazo para ejercer la réplica, y serán los jueces de distrito quienes conozcan de las demandas relativas al derecho de réplica durante el periodo electoral, además de señalar que quien pierda la demanda tendrá que pagar a la otra parte los gastos del litigio.

La SCJN determinó que el derecho de réplica de ninguna forma es una sanción contra los medios de comunicación o una forma de reparación del daño, ya que esas medidas se deberán reclamar en un juicio por daño moral.

La Corte aún tiene que resolver un amparo interpuesto por Norma Trujillo, debido a que el derecho a réplica en el contexto veracruzano era utilizado por actores políticos y hasta empresas para rebatir y denostar información verídica.

Por ese motivo interpuso un amparo indirecto, del cual ahora tiene conocimiento la Corte, para que se reconozca que la parte agraviada es quien debe probar la falsedad de la información y que se considere que el derecho a réplica no puede estar por encima de la libertad de expresión.

Réplica es preferible que irse a juicio

Sin embargo antes de iniciar un juicio por daño moral, los actores políticos deberían considerar hacer uso de su derecho a réplica, aunque éste no es exclusivo de las figuras públicas sino de la ciudadanía en general, aseguró Leopoldo Maldonado, de Artículo 19.

De acuerdo con el abogado durante 2016 Artículo 19 tuvo conocimiento de una decena de juicios por daño moral contra periodistas; la cifra no varió en 2017, donde se presentaron de 12 a 13 casos.

Si bien Maldonado reiteró que los resolutivos de la Corte no tienen relación directa con las demandas por daño moral, es importante saber que el derecho de réplica no es una medida reparatoria o sanción a medios, sino que buscaría rectificar las publicaciones y equilibrar la información.

Asimismo la réplica sería un derecho de todos los ciudadanos y ciudadanas, a pesar de que son los actores políticos quienes más lo utilizan, por lo tanto los medios de comunicación deben aprender a convivir y garantizar ese derecho.

Por su parte las demandas por daño moral sí pueden generar a la postre inhibición en los medios de comunicación, ya que sobre todo recurren a ellas los personajes públicos y en muchos de los casos se utiliza para inhibir la libertad de expresión.

Un caso que ejemplifica esta situación es la demanda de Enrique Aubry de Castro Palomino, diputado del Partido Verde Ecologista de México, contra el periodista y académico jalisciense Pedro Mellado Rodríguez por presunto daño moral.

Mellado retomó en su columna “Puntos y Contrapuntos” información de otros medios de comunicación, como Proceso, El Universal y Reforma, para criticar la actitud violenta del legislador y que no cumpliera con ciertos requisitos para llegar al puesto. A pesar de ello De Castro Palomino no demandó a los otros medios de comunicación, pero sí a Mellado Rodríguez.

En ese sentido Leopoldo Maldonado refiere que las opiniones no pueden ser justas a réplica y que en el caso de columnas se tiene que hacer un análisis profundo del texto para distinguir las opiniones de los hechos.

De igual forma recordó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) plantea restricciones sobre el derecho a la reputación, es decir, los servidores públicos tienen menos protección porque sus actividades son de interés para la sociedad y exigen un mayor escrutinio. 

¿Cómo contar historias de violencia?:

Publicado: 4.02.2018


Videos: Lucia Vergara

Alejandro Castillejos nos comparte sus reflexiones sobre las narrativas y retos a los que se enfrentan los periodistas en países como México y Colombia.

Editorial – 2018: La oportunidad para el periodismo crítico

 Foto: Fernando Santillán

La desaparición forzada de Marco Antonio Sánchez López, ocurrida el 23 de enero en la ciudad de México, marcó la pauta de lo que será un año intenso y complejo para el periodismo mexicano.

El adolescente, estudiante de preparatoria de 17 años, fue detenido y golpeado por policías un martes en la tarde, en una zona transitada por miles de personas en la capital del país, sede de los poderes federales. Después de que lo subieron a la patrulla, nadie volvió a saber de él en las siguientes 120 horas, cuando “apareció” vagando a 32 kilómetros de donde fue detenido, visiblemente dañado, física y emocionalmente.

Un amigo que iba con él cuando lo detuvieron tomó una foto, en la que se ve tirado y sometido por los policías antes de ser subido a la patrulla. Ese testimonio fue clave para que la familia acudiera, primero a las autoridades, y luego a los medios de comunicación.

Los primeros en reaccionar fueron los medios digitales cuyo espacio de salida natural son las redes sociales. Las notas comenzaron a circular el viernes en la noche y rápidamente se viralizaron. Para el domingo, después de ser tendencia en Twitter durante más de 30 horas, los medios impresos nacionales y algunos medios internacionales reaccionaron y comenzaron a retomar las notas en sus versiones webs. Sin embargo, en la mayoría de los “grandes diarios nacionales”, Marco Antonio Sánchez fue noticia de portada hasta el lunes 29, después de que el gobierno de la Ciudad de México anunció que lo había localizado (hubo algunos que no dieron la noticia de su desaparición, pero el lunes llevaron a la portada su localización entrecomillando “desaparecido”).

El gobierno de la capital mantuvo un injustificable silencio durante cinco días, hasta el domingo por la noche, cuando Miguel Ángel Mancera mostró un video del joven en una agencia en Estado de México, desorientado y sucio. Y aún sin poder explicar lo que había pasado, las autoridades de la ciudad deslindaron a sus policías de la desaparición forzada.

La cobertura el lunes de medios electrónicos y algunos impresos como la Razón puede escribir una nueva hoja del libro oscuro de la prensa mexicana, reproduciendo acríticamente la versión oficial criminalizando al joven, presentando la historia de unos policías indefensos frente a quien sabe qué intereses que buscan denigrar a un corporación ejemplar.

Como ha pasado en muchas ocasiones, México fue esta semana un país en los viejos medios impresos y electrónicos, y otro muy distinto en las redes sociales, donde los medios digitales poco a poco fueron equilibrando la información, con una cobertura mucho más amplia y precisa sobre las inconsistencias de la versión oficial.

La pelota del 2018 parece estar, pues, en la cancha de los medios digitales que, quizá porque no están sujetos a la tiranía de la publicidad oficial, han podido impulsar una agenda propia, a contracorriente del oficialismo imperante en la prensa mexicana: Los sobornos de Odebretch, las empresas fantasma, masacres, desaparecidos y crímenes de lesa humanidad, no habrían sido temas de los grandes medios nacionales si no se hubieran visto forzados por las investigaciones y coberturas hechas con equipos de periodistas independientes y, a veces, con pocos recursos.

En ese encuadre, arrancamos un camino que implica enorme retos para el periodismo crítico, con la contienda electoral más compleja de la historia, no sólo por la cantidad de cargos a elección popular, sino por la mezcla de factores que la rodean: la violencia, que sólo en Guerrero ya da cuenta de una docena de precandidatos y líderes asesinados; las fracturas y alianzas nuevas en el poder, como en Chiapas; la crisis en los órganos fiscalizadores; las tentaciones autoritarias; el antecedente de la elección de estado en el Edomex; la compleja situación económica del país, con la deuda pública más alta de la historia; la posibilidad real de que se acabe el TLCAN; los conflictos de la tierra, con las empresas asechando y hostigando a los pueblos.

Pareciera una elección imposible de cubrir. Por eso, en Periodistas de a Pie hemos apostado una vez más, por el trabajo en equipo. En los próximos días inauguraremos una alianza de medios independientes para fortalecer nuestras capacidades de investigación, y juntar talentos y experiencias que nos permitan hacer una radiografía del país y para armar, entre muchos, el rompecabezas de nos permita llegar a buen puerto.

El gran reto será no seguir la agenda de los partidos políticos, sino encontrar una voz y una mirada propias, que crucen todos los espacios de la cotidianeidad. Que lo político se vuelva social y lo social político. Que orille a los gobernantes a respetar a los ciudadanos, a cumplir con los mandatos democráticos básicos.

La regularización de las radios comunitarias y la publicidad oficial son el primer punto de nuestra agenda. Porque sólo con medios de comunicación fuertes e independientes podremos tener a una sociedad informada, que pueda hacerse cargo de sus decisiones.

La corrupción, las múltiples violencias feminicidas, las secuelas de nuestro innombrado conflicto, los desaparecidos y otras formas de violencia; las migraciones, los desplazados, y los conflictos derivados de la defensa de la tierra; la desigualdad, el racismo.

Son temas que tendrán que cruzar la agenda electoral y que van a requerir miradas agudas, que vayan a las estructuras, a las causas profundas y a la construcción de narrativas que fortalezcan y no nos revictimicen, ni abonen a la narrativa del terror que paraliza y fragmenta el tejido social.

Esa es la apuesta del equipo de Pie de Página y de las plataformas periodísticas de Periodistas de a Pie.

Es una apuesta alta. Pero de ese tamaño es el iceberg que tenemos enfrente. Y para el periodismo mexicano significa una oportunidad enorme para salir de la cueva en la que ha estado capturado durante años por el sistema político. Bien dice Javier Daría Restrepo, padrino de la Red PdP, que en tiempos de crisis emerge el mejor periodismo. Nos toca ahora demostrarlo.

Editorial: No somos neutrales

 En el texto: Los cinco sentidos del periodista, Ryszard Kapuściński hace referencia al ejercicio periodístico en contextos de violencia: “No fue el amor a la violencia o a las tragedias humanas, sino una razón muy sencilla: yo andaba por el mundo como periodista en tiempos muy agitados.”

¿Qué hacer ante la realidad mexicana, en la que desde hace varios años enfrentamos distintos tipos de violencia? ¿Cómo renovar nuestro quehacer en un contexto de vulnerabilidad y precarización de la profesión?

La herencia positivista nos formó en una práctica apegada a los principios de veracidad, objetividad y rigor, distante de la fuente informativa. Esas herramientas, -aunque muchas de ellas aún resultan valiosas- no son suficientes en un contexto en el que los medios, el mercado y la realidad han cambiado.

No hay neutralidad en la palabra. Lo que sí podemos hacer es generar productos de calidad desde la constante revisión de nuestra práctica y la actualización de técnicas, métodos y otras formas de narrar las realidades de este país.

Necesitamos seguir documentando las violencias y el dolor desde ángulos distintos. Hay tantas historias como personas involucradas en este entramado que llamamos México. Todo esto nos interpela e interpela –o debería interpelar- a los medios.

La formación pasa también por el diálogo, el intercambio de saberes, la charla entre disciplinas y la reflexión sobre nuestro trabajo de campo: entrevistas, recolección de información, procesos de documentación, etc.

Este año, Periodistas de a Pie apuesta por procesos que nos inviten a la reflexión, a la transformación de nuestras prácticas y al encuentro entre colegas. La capacitación como diálogo, como laboratorio de ideas, como intercambio de saberes, además del trabajo colaborativo y el fortalecimiento de medios locales.

Deseamos hacer un periodismo vivo, generador de encuentros y redes. Recuperar el sentido de estar, ver, oír, compartir y pensar que propone Ryszard Kapuściński en Los cinco sentidos del periodista.

CNDH reconoce 130 homicidios de periodistas de 2000 a 2017

Publicado: 25.01.2018

 

por Samantha Páez

Ciudad de México, 25 de enero de 2017. De 2000 a 2017 fueron asesinados en México 130 periodistas, esto de acuerdo con el informe de 2017 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Asimismo reportó la desaparición 20 periodista y 52 ataques a medios de comunicación.

Los homicidios que tomó en cuenta el organismo son superiores a los que tienen registrados la Red de Periodistas de a Pie y Artículo 19.

La CNDH aseguró que los seis estados con mayor incidencia en homicidios de periodistas son: Veracruz (21), Oaxaca (15), Tamaulipas (14), Guerrero (14), Chihuahua (14) y Sinaloa (siete).

Con respecto a los asesinatos registrados el año pasado, el organismo informó de diez casos, misma cifra que tenemos documentada en la Red PdP. Otras organizaciones, sin embargo, difieren respecto a la cifra de asesinatos: Artículo 19 reconoce 12 casos; Reporteros Sin Frontera, 11; Federación Internacional de Periodistas, 12, y el Comité para la Protección de los nueve durante 2017.

Los dos casos de 2017 que mencionó la CNDH en su informe fueron el asesinato de Miroslava Breach, el 23 de marzo en Chihuahua, y de Javier Valdez, ocurrido el 15 de mayo en Sinaloa.

Los ataques y agresiones a periodistas, de acuerdo con la propia CNDH, no sólo afectan a la víctima directa sino a la sociedad en su conjunto, “toda vez que al atacarse la libertad de expresión, también se vulneran los derechos a la libertad de pensamiento e información y se debilitan los fundamentos de nuestro entorno democrático”.

Ante esta situación la Comisión Nacional exigió que cada una de las agresiones sea investigada y que se genere una integral de protección a periodistas, sin importar lugar de residencia, género, origen étnico o ámbito en el que lleven a cabo sus actividades.

Una de las medidas que impulsó el organismo de derechos humanos fue la firma de un convenio entre la Secretaría de Gobernación (Segob) y la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago) para que los estados legislen a favor de los periodistas, creen fiscalías o unidades especializadas en delitos contra periodistas, se eliminen los delitos de difamación y calumnias, así como se homologuen los protocolos de prevención y protección.

Sin embargo faltan 11 estados por despenalizar los delitos, sólo siete cuentan con protocolo de investigación y ocho tienen fiscalía especializada.

Aquí puedes consultar el informe completo:

http://informe.cndh.org.mx/images/uploads/menus/30110/content/files/Informe_cndh_2017.pdf

Se acabó la tregua

Desde hace algunos años, el mes de enero, es el parámetro para pronosticar cómo pintará el año a los periodistas, en materia de violencias o ataques que pongan en riesgo la libertad de expresión.

Dos hechos decantan que el 2018 estará plagado de guerras de baja intensidad contra medios de comunicación y publicaciones altamente reveladoras de actos de corrupción, así como hechos que pongan en riesgo la vida e integridad física de comunicadores.

El asesinato el 13 de enero de Carlos Domínguez colaborador de portales informativos en Nuevo Laredo, Tamaulipas, tomó por sorpresa hasta los mismos reporteros locales que lo reconocían por tener “un perfil bajo” que se ceñía solo a contar información y combinar su trabajo con la academia.

Decir que es el primer asesinato de un periodista en el año, involucra que asumimos vendrán más. Los tiempos así lo figuran. La reacción del equipo de campaña de José Antonio Meade contra el portal informativo Animal Político después de publicar el reportaje «Con Robles y Meade hubo desvíos al estilo Estafa Maestra por 540 mdp en Sedesol, revela auditoría» no da lugar a dudas.

En principio parecía un mero asunto de derecho de réplica con la carta enviada a la redacción del portal, pero después con el avistamiento de posibles acciones legales, queda claro que los políticos y empresarios encarados, tomarán delantera contra comunicadores y reporteros haciendo uso de cualquier argucia legal como intentona de frenar lo que llaman ímpetu de verdad, y no es otra cosa que la función básica del periodismo: contar realidades, informar.

Si en algo coinciden periodistas y académicos, es en la inquietud por la reforma al artículo 1916 del Código Civil Federal, pues se abre una puerta para promover demandas contra publicaciones periodísticas que ostente el que se queje, un político, un funcionario o un personaje de la vida pública, un supuesto daño moral; tan solo con la fracción uno del artículo reformado “El que comunique a través de cualquier medio incluidos los electrónicos, a una o más personas, la imputación que se hace a otra persona física o moral, de un hecho cierto o falso, determinado o indeterminado, que pueda causarle deshonra, descrédito, perjuicio, o exponerlo al desprecio de alguien”, se antoja interpretar que el publicar una noticia en cualquier medio de comunicación pueda provocar demandas legales carísimas y desgastantes.

Otros benévolos en su interpretación aseguran que es inofensiva la norma, y puede que tengan razón, pero en un país como México donde contar realidades ha puesto al filo de la navaja a miles de periodistas, el temor entre investigadores periodísticos y medios de comunicación de impacto local que no forman parte de un conglomerado de medios, está latente.

Nunca como antes el 2018 se antoja para las alianzas. Alianzas entre medios, periodismo colaborativo, estrategia conjunta entre organismos civiles y reporteros, alianzas entre periodistas y abogados defensores de la libertad de expresión.

Acá en la Red de Periodistas de a Pie la apuesta este 2018 por ahí va. En próximos días vendrán anuncios del tipo y es que, consolidarse como proyecto en el terreno periodístico, implica en los nuevos tiempos, no caminar en solitario, sino seguir tejiendo una gran red de complicidades y fortalecimiento.

Se trata de no más periodistas de renombre, sino colectivos y equipos creativos en intersección.

Bienvenido el 2018, a poner el mejor acento ante el cruento panorama de este país.