Periodistas de a Pie :: Nadie les pidió perdón, historias de muertes del fin del mundo

Es importante leer Nadie les pidió perdón, libro de Daniela Rea, porque es necesario dimensionar lo que estamos perdiendo como país con las muertes de tantas personas ante las omisiones del Estado, aseguró su autora durante la presentación del mismo el miércoles 24 de febrero en la Feria del Libro del Palacio de Minería 2016.

Publicado: 02.01.2016

Es importante leer Nadie les pidió perdón, libro de Daniela Rea, porque es necesario dimensionar lo que estamos perdiendo como país con las muertes de tantas personas ante las omisiones del Estado, aseguró su autora durante la presentación del mismo el miércoles 24 de febrero en la Feria del Libro del Palacio de Minería 2016.

“El libro fue escrito para entender, para la memoria y para encontrar el sentido”, explicó Daniela Rea; “hace algunos años Juan Villoro escribió una columna en la que citaba a Jacques Derrida cuando decía que cada muerte es el fin del mundo, para mí parece que esa frase es necesaria que todos la tengamos bien grabada en el corazón y la asumamos como personal”.

Marcela Turati, periodista que tomó parte en la presentación hizo un recuento de las historias que se mencionan en el libro, como la de Miriam, una mujer detenida injustamente y violada por militares; la de Liliana, esposa de un hombre detenido en San Fernando, Tamaulipas, y que tiene que decidir cómo seguir viva y dar una vida feliz a su hijo.

También cuenta la historia de “El Guaymas”, el único desaparecido de los años de la guerra sucia que apareció, de su lucha actual, su vida y sus recuerdos.

Cuenta el manojo de sentimientos de unas madres que, movidas por las leyes del amor, bajan a los infiernos para enfrentarse al  diablo, a los policías, a los sicarios que desaparecieron o mataron a sus hijos y que tienen que controlar su odio y tratan de ofrecer perdón y de perdonar para poder rescatar al hijo amado que les fue arrebatado

“Está la historia de Miriam, la mujer detenida injustamente encerrada y violada por militares. La de Liliana, la mamá sola, que toma decisiones sobre su vida después de que su esposo fue detenido en San Fernando,  Tamaulipas, la decisión de seguir viva y dar una vida feliz a su hijo a pesar de la pérdida y el sacrificio del suegro, el padre de su esposo.

También la historia del montaje que hicieron las autoridades para resolver, en fast track, el bombazo de Ciudad Juárez en el que autoridades y medios de información condenaron a inocentes y destrozaron sus vidas

De igual manera, la historia de las comunidades de guerrero que se atrevieron a resistir y a organizarse para protegerse creando su propia policía comunitaria.

En el auditorio se encontraban algunos de los familiares así como de las personas cuyas historias se cuentan en el libro, a quienes Daniela agradeció por sus historias:

“Quiero agradecerles a Liliana, a “El Guaymas”, a la señora Alicia, a don Jorge, a Jessy, a Jorge, que están aquí y que ellos son el motivo por el que estamos aquí reunidos todos. Sin el amor entendido, no como el amor desgastado, sino como lo que encarna, este libro no hubiera nacido. Sin el amor por la vida, a la vida en general, estas historias no habrían sido posibles.”

Por su parte, el también periodista, Emiliano Ruiz Parra, quien escribió la presentación del libro describió las historias del libro de Daniela como “pequeñas novelas condensadas, como piedras pulidas por cientos de años del paso de un río, en las que queda lo más luminoso, lo más importante sin ninguna paja.”

Así mismo, describió la obra como un esfuerzo y una lucha democrática, por escoger los temas que más le duelen y que más le urgen al país.

En su intervención, Ruiz Parra aprovechó para contar un poco de quién es Daniela, la persona, a quien conoce desde hace años, cuando ambos trabajaban para el periódico Reforma.

Describió a la periodista como una persona con un gran corazón y sensibilidad para contar las historias que conforman el libro.

Al final de la presentación el público ovacionó de pie a la periodista por Nadie les pidió perdón.

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