Lugares de poder y cartografías de la violencia. ¿Cómo cubrir espacios y territorios desde lo público y lo privado?

Existen tres dimensiones del abordaje del espacio: el espacio absoluto, el espacio relativo y el espacio como constructo social, que es el abordaje más crítico que se tiene sobre el espacio; una construcción que está marcada por nuestras condiciones de género, de etnia, edad, sexualidad, etc.

 

Sesión 4 del webinario “Hacia una mirada de 360 grados en la cobertura de la violencia de género” 

Jueves 2 de julio de 11:00 a 13:00 horas
Impartió: Giulia Marchese
Semblanza: Doctora, trabaja en el Instituto de Geografía Humana de la Universidad de Frankfurt (Alemania) en el cual co-coordina el proyecto “Feminist Countermapping”. Consultora de Naciones Unidas en el marco de la iniciativa Spotlight. Forma parte del proyecto: “Documenta desde abajo”, en distintas regiones del país. Integrante de GeoBrujas-Comunidad de geógrafas feministas.

Existen tres dimensiones del abordaje del espacio: el espacio absoluto, el espacio relativo y el espacio como constructo social, que es el abordaje más crítico que se tiene sobre el espacio; una construcción que está marcada por nuestras condiciones de género, de etnia, edad, sexualidad, etc. 

La geografía feminista examina cómo los sistemas políticos, económicos y los valores culturales configuran los roles de los géneros y la forma en que determinan o restringen sus elecciones espaciales (Monk y García Ramón, 1987).

Las elecciones espaciales se despliegan en el espacio; son con las que decidimos a dónde ir, por dónde movernos, por qué; cuáles son los factores que determinan estas decisiones. El género es un factor, entre otros, que determina estas elecciones espaciales ya que mujeres y hombres no nos movemos de la misma forma en el espacio y es debido a distintas razones que hacemos esas elecciones.

Lo privado y lo público son categorías analíticas. No existen estos dos espacios por separado, son dos ámbitos de un mismo espacio que es la realidad social. Son conjuntos interrelacionados, más que una fragmentación es una continuidad.

La Geografía Feminista indaga sobre la separación que se ha dado entre la casa y el mundo del trabajo en las sociedades industriales. Es importante enfatizar en los significados que se le atribuye al espacio de “la casa” pues puede ser concebido como refugio y/o como prisión (Ver McDowell, 2000). Es decir, desde el feminismo europeo se ha cuestionado “la casa” como espacio de dominación, de prisión; pero desde el feminismo negro se ha reivindicado “la casa” como un espacio de resistencia, de lucha, de organización antirracista.

 

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