Malas cuentas. Lo que nos dejó la cobertura de elecciones

Al 1 de julio de 2018, iban registrados por lo menos 55 casos de agresión contra periodistas durante el periodo electoral de la considerada contienda histórica de México. Los 3 mil 416 puestos de elección popular, representó para los medios, la triplicación de trabajo en la cobertura periodística.¿Cuál es el estatus de las agresiones? en pocos casos, denuncias penales, en su mayoría denuncias públicas.

Al tiempo que fue presentado el informe de Misión en Ginebra, por parte de la relatoría de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la relatoría de Libertad de Expresión de la ONU, en México un grupo impulsor de la visita que emprendieron los dos relatores, simultáneamente, presentamos los retos del Estado mexicano de cara a la transición de gobierno. Aquí una repasada de lo expuesto.

El diagnóstico

El robusto sistema de protección y documentación de denuncias, que incluye al Mecanismo de Protección, a la Fiscalía especializada de la PGR y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, han quedado rebasados en capacidad reactiva para atender cada denuncia y, de formalizarlas, no hay un protocolo único para las agresiones que se desprenden en el contexto electoral que es corto y debiera tener alcances inmediatos de prevención o para garantizar no represalias ni repetición.

Ninguna autoridad mexicana es capaz de frenar en medio del proselitismo de partidos políticos y candidatos independientes, seguidores y militantes, a los agresores para que hagan una pausa en su campaña y esclarezcan o se sujeten a investigación por las denuncias de agresión. El sistema de cientos de funcionarios públicos al servicio de la prevención y protección de periodistas a nivel federal, si de por si es deficiente, en periodo electoral, da dos pasos atrás.

Salvo la documentación de organismos civiles, el gobierno mexicano no hace un corte de caja ni considera de importancia, visibilizar qué candidatos o partidos se ven involucrados en acciones violentas contra medios y periodistas, durante el periodo electoral.

No contamos con una Alerta oficial en el gobierno para estos casos –al menos los periodistas no conocemos si existe y cuál es su ruta- y el instrumento inmediato que pudiera ostentarse como garante, las Unidades de Protección a Periodistas en los estados, tampoco activan un protocolo donde podrían ponerse a prueba; justo al tener cercanía con actores claramente identificados como agresores, candidatos a presidente municipal, diputaciones locales, aspirantes a Senado en sus distritos territorialmente ubicados, candidatos a gobernador, se vuelve más fácil determinar los hechos, documentarlos y hacerlos públicos.

Los propios institutos electorales en los estados, se mantienen al margen de los comportamientos violentos que podrían representar partidos y candidatos. Sencillamente, nadie es capaz de reaccionar en un periodo tan determinado, como es el electoral.

La posición en la que se colocó el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco (IEPC), como perito periodístico ordenando una medida cautelar al portal Aristegui Noticias a partir del reclamo de un candidato y la revisión desde la perspectiva de los consejeros de contenido noticioso, los llevó a censurar la nota de Anabel Hernández sobre una supuesta investigación a Enrique Alfaro. Un mal precedente que no favorece el derecho a la libertad de prensa y de información.

Las relatorías especiales de la CIDH y ONU, sugieren un sistema articulado de prevención. Los relatores especiales exhortan “al Gobierno a fomentar de manera pública la divulgación total y eficiente de información a periodistas que den cobertura al proceso electoral, y adoptar una estrategia específica para garantizar su seguridad durante este proceso”, aunque los 55 casos que denuncian agresión a reporteros y reporteras cubriendo elecciones este 2018, dejan en claro que no hay forma de evitar los hechos violentos, pues nos siempre se trata de negar información, sino de reacciones violentas a la cobertura de candidatos.

Tras la contienda electoral, sugieren detectar las regiones donde los cambios políticos pueden derivar nuevas agresiones. Una vez pasado el 1 de julio, las autoridades mexicanas podrían enmendar la desatención a los riesgos que enfrentamos los periodistas en periodo electoral, y ya que no pudieron prevenir agresiones, asesinato, desaparición forzada y represalias, precisamente, en medio de cambios de poder, podrían activar una alerta dirigida a los nuevos gobernantes, para que reconozcan la violencia y presión o censura que se ejerció durante la contienda electoral, y se comprometan a inhibirla.

De cara a la transición de gobierno y los foros temáticos que se asoman para afianzar la administración de Andrés Manuel López Obrador, donde hasta el momento no figura específicamente Libertad de Expresión o reformas al sistema de protección a periodistas; la esperanza plasmada en la realidad con seis periodistas asesinados en lo que va del año, más el cuantioso número de agresiones acumuladas por mes, sigue siendo la articulación autogestiva de periodistas, como ya sucede con organizaciones independientes u organismos civiles.

El informe de misión a México de las relatorías de libertad de expresión, representa una nueva oportunidad para que el Estado mexicano enmiende la década de deficiente protección y el acceso a la justicia para periodistas. Si el nuevo modelo de gobierno no contempla en los primeros meses resolver los crímenes de periodistas y poner sobre la mesa la emergencia nacional que inhibe el pleno goce de derechos universales que apuntalan la democracia, difícil se torna la relación del gobierno federal y los periodistas, quienes sin duda, seremos los primeros en registrar con crítica el paradigma político del futuro presidente.

Pronunciamiento: Solidaridad desde la Red de Periodistas de a Pie para IDL -Reporteros

Fiscal General de la Nación de Perú
Pablo Sánchez Velarde

Hemos seguido minuto a minuto la investigación periodística que publicó el equipo de IDL-Reporteros, en la que evidencia presuntos actos de tráfico de influencia y corrupción en la Corte del Callao y la Corte Nacional de Magistratura (https://idl-reporteros.pe/corte-y-corrupcion/)

También observamos con preocupación a través de la cobertura de medios peruanos y redes sociales, la sorpresiva diligencia de exhibición e incautación de información en las oficinas del medio de comunicación que dirige el periodista Gustavo Gorriti.

Nos resulta inverosí¬mil que el personal de la fiscalí¬a que usted encabeza, no exhiba la orden judicial por la que se ordena al medio de comunicación IDL – Reporteros, el acceso a documentos, sobre todo, bajo el argumento de que el fiscal Rodrigo Rurush, por orden de la fiscal Norah Córdova, no pudo mostrar la orden judicial que les permitiera solicitar la información periodística puesto que la orden fue verbal. Eso a todas luces, resulta un
amedrentamiento contra el medio, no una debida diligencia.

Muchos periodistas latinoamericanos hemos tenido el enorme privilegio de recibir capacitación de Gustavo Gorriti, un estandarte de periodismo valiente, veraz, instruido; sabemos que nadie mejor que él, sabe cómo llevar estos asuntos, pero expresamos a través de este pronunciamiento, toda nuestra solidaridad por la persecución de la que están siendo objeto, él y los periodistas de su medio.

Sabemos que se anuló la diligencia toda vez que el equipo de IDL-Reporteros protestó por las irregularidades con las que se presentó la fiscalía y cómo procedió el Ministerio Público acompañado por cuatro agentes policiacos.

Estos hechos evidencian una política en contra de la libertad de prensa que figura no sólo en la legislatura peruana, sino desde la obligación de garantizar los derechos universales como son la libertad de expresión y el derecho a la información; en ese sentido recordamos que es derecho de cualquier periodista la protección de sus fuentes de información.

Este procedimiento irregular dirigido IDL-Reporteros nos transmite el mensaje de que pretende obstaculizar el trabajo periodístico de exhibir el código ilegal que impera en el sistema judicial de Perú sobre cómo se imparte justicia. El punto de interés no puede ser obligar a un periodista a revelar sus fuentes, si no abrir una investigación paralela sobre los funcionarios involucrados.

En nuestro hemisferio estamos plagados de casos como los que ha revelado con valentía IDL – Reporteros, por eso, los abajo firmantes exigimos respeto a la labor periodí¬stica de Gustavo Gorriti, de su medio, que cese el hostigamiento del que son objeto, se proteja incluso la vida e integridad de los periodistas involucrados y de las oficinas de la redacción.

México

Patricia Mayorga Ordóñez

Norma Trujillo Báez

Jade Ramírez Cuevas V.

Luz del Carmen Sosa

Daniela Pastrana

Pedro Matías

Gilberto Lastra

Ignacio de Alba

Daniela Rea

Mónica González

Paulina Ríos

Ernesto Aroche

Mely Arellano

Margena de la O

Verónica Espinosa

Teresa Juárez

Ángeles Mariscal

Estrella Pedroza

Francisco Cuamea

Kennia Márquez

Arnoldo Cuéllar

Javier Bravo

Samantha Páez

Medios

Red Libre de Periodismo – Chihuahua

Colectivo Voz Alterna – Veracruz

Zona Docs – Jalisco

Pie de Página – Cd de México

Página 3 – Oaxaca

Lado B – Puebla

Estados Unidos

Eileen Truax

Alerta LE: Comando armado ataca a periodistas que cubrían la caravana del CIG en Michoacán

* Además una funcionaria de casilla fue intimidada por hombres armados y un encuestador privado de su libertad

Publicado: 02.07.2018

por Samantha Páez

 @samantras

Al menos seis periodistas fueron agredidos en Puebla durante el proceso electoral de este 1 de julio, en todos los casos los
victimarios fueron autoridades tanto policiales como electorales.

De igual forma los ataques alcanzaron a una representante de casilla y a varios encuestadores, uno de ellos fue privado de su libertad en el municipio de Chapulco.

El proceso electoral en el estado estuvo marcado por la violencia, en Chignahuapan asesinaron a un operador político del PRI y en San Andrés Cholula a dos familiares del presidente municipal Leoncio Paisano. También en diferentes puntos de la capital poblana sujetos armados robaron o intentaron robarse las urnas. En muchos de los casos hubo disparos, aunque sólo una persona salió lesionada en el pie.

Aquí se hace un recuento de manera cronológica de los incidentes contra la prensa y personas que trabajaron en el proceso electoral:

  • En el transcurso de la mañana a Guillermo Mundo, corresponsal de El Sol de Puebla en Teziutlán, lo intentaron sacar funcionarios de la casilla 2258, bajo el argumento de que su INE es falsa. El reportero estaba acreditado ante la autoridad electoral.
  • A las 14:00 horas, un grupo de personas encapuchadas con armas de fuego ingresaron a la casilla 1754 instalada en el poblado de Santa Catarina Hueyatzacoalco, municipio de San Martín Texmelucan, intimidando con arma de fuego a una funcionaria de casilla.
  • Alrededor de las 15:00 horas un encuestador de Suasor consultores fue privado de su libertad en Chapulco, los agresores lo subieron a una camioneta, lo despojaron de su teléfono y material de trabajo para luego abandonarlo en un paraje. La empresa reportó incidentes en Quimixtlán, Coxcatlán, Tianguismalnago, Chichiquila y Chignahuapan.
  • En la noche del 1 de julio los fotoperiodistas un periodista de Líder Noticias fue víctima de agresión física por parte de dos policías municipales; esto cuando elementos de la policía municipal intentaban dispersar a pobladores, quienes querían impedir que se llevaran a dos sujetos que transportaban boletas robadas y volcaron. El reportero documentaba la detención aparentemente arbitraria de una mujer, cuando uno de los elementos policiacos lo sometió por la espalda y el cuello tratando de sacarlo del lugar y otro más lo pateó. El reportero dijo que dos colegas de Imagen Televisión fueron agredidos en ese momento.

Tejiendo redes

ALIANZA DE MEDIOS CON LA RED DE PERIODISTAS DE A PIE POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Publicado: 25.06.2018


Seguimos celebrando nuestro décimo primer aniversario de la fundación de la Red de Periodistas de a Pie. 

En la recapitulación de cada año, nos damos cuenta, fuimos ampliando el horizonte de las acciones y actividades con las que inició Periodistas de a Pie sin perder la apuesta inicial: profesionalizar y fortalecer el periodismo independiente a través de la capacitación, la creación de redes y nodos colaborativos, impulsando una agenda crítica para defender la libertad de expresión, pero sobre todo, haciendo periodismo.

Después de varios años de asistir a foros internacionales, a encuentros regionales, de organizar y sobrevivir a encerronas de periodistas de todas las latitudes del lacerado país, de llorar hombro a hombro con los colegas en los estados, de reclamar la inoperancia de las instituciones creadas para favorecer las condiciones en las que ejercemos los periodistas y de asistir a varios funerales, comenzamos a levantar la mano ante la exclamación en forma de pregunta, ¿Qué necesitan los periodistas de a pie? por parte de embajadas, organismos internacionales, académicos, sociedad civil, financiadoras y colegas de otros países, que lo urgente era apostar por el periodismo independiente, de calidad.

Desde hace cinco años la Red viene trabajando para concretar de la mano con Open Society Foundation, una plan de fortalecimiento para medios independientes en regiones que ya están narrando de diversas formas, técnicas y con mucha adversidad financiera, las historias del México contemporáneo.

Hoy anunciamos la alianza Tejiendo Redes que abraza diez medios, nueve nacidos y radicados en los estados donde la Red de Periodistas de a Pie tiene una constante presencia, y uno enclavado en la Ciudad de México con cobertura nacional:

Lado B de Puebla; Voz Alterna de Veracruz; Raichali de Chihuahua; Noroeste de Sinaloa; Apeg-Trinchera de Guerrero; Zona Docs de Jalisco; Página 3 de Oaxaca; Chiapas Paralelo de Chiapas, La Verdad de Ciudad Juárez; Pie de Página de Ciudad de México.

Esta alianza implica el fortalecimiento de sus propias agendas y coberturas periodísticas, también un acompañamiento institucional, tutorías, transferencia de recursos, pero sobre todo, trabajo colaborativo respetando la naturaleza de cada medio, sus integrantes, el potencial de cada uno y el prestigio ganado día a día.

¡Seguimos festejando!

 

 

¿Cuándo inicia el riesgo y quién o qué lo provoca?

La estadística mensual que exhibe Periodistas de a Pie sobre las distintas violencias que se ejercen contra reporteros y trabajadores de los medios, además de alertarnos en que las agresiones no cesan, nos indica que el tono y la forma, se eleva, se vuelve más agresivo y corrosivo el fin de desarticular un informante o un medio de comunicación.

Pero ¿cuándo inicia el riesgo y quién lo provoca? Éste se trata de asunto dinámico si partimos de la premisa que México experimenta una crisis de violaciones a los derechos humanos derivada de la guerra frontal y de baja intensidad contra el narcotráfico; prácticamente hacer periodismo cada día, representa estar en riesgo, tocar el riesgo, rozar con las ideas y la exposición de verdades y hechos relativos al comportamiento de un gobernante, o el sólo presentar denuncias concretas, significa abrir la ventana del riesgo.

Junio inició con la denuncia del periódico Noroeste en Sinaloa, sobre los ataques y campaña de desprestigio lleno de misoginia para denostar el trabajo y la persona de Gabriela Soto, coordinadora de InnDaga, la unidad de investigación del periódico que a la par de la nota cotidiana, está generando periodismo de investigación, ese que implica cotejar informes, verificar datos, contrastar números, hacer cruces de apellidos e intereses, revelar muestras de contradicción, entre otros.

El repudio entre los colegas del propio medio de comunicación y otras latitudes no se hizo esperar.

Las agresiones no solo alcanzan a la coordinadora de la unidad de investigación, sino también, al resto del equipo que aunque no firmen por seguridad cada pieza periodística que produce InnDaga, son conscientes de que los intereses afectados por la publicación de reportajes en el serial “A Fondo, Candidatos al Senado”, donde se revela cómo apellidos como Cuén, Rocha Moya, Zamora o Clouthier están relacionados con enriquecimientos inexplicables, el mal manejo de recursos públicos o un pésimo desempeño legislativo, tienen capacidad de reacción y hasta pueden materializar agresiones físicas, más allá de solo una campaña de desprestigio por chats de reporteros.

Lo que no podemos perder de vista y, los analistas de riesgo que la estructura de protección en la dependencia llamada Mecanismo de Protección de la SEGOB deben tomar en cuenta con mucha seriedad, es que el nombre visible del equipo que está haciendo periodismo de investigación es Gabriela Soto, y ello fue fácil para los agresores ponerle rostro a su ira, pero el matiz de los mensajes que circularon en chats de reporteros en Sinaloa, desde un número de teléfono de Hermosillo, Sonora, representa una violencia invisible e incuantificable que deviene de la violencia de género naturalizada y exacerbada por una cultura machista.

¿Si en la coordinación de InnDaga del periódico Noroeste hubiese recaído en un reportero y no en la periodista, los mensajes puestos en whastapp habrían sido igual de virulentos? No.

La curva de oportunidad que ven quienes ordenan y emprenden campañas de desprestigio, persecución, ataque y agresión contra periodistas, la aprovechan muy bien cuando en el blanco se trata de una reportera. Emerge todo el sistema naturalizado de violencia de género y, por ello, debe preocuparnos e interpelarlos las formas de venganza de los poderosos afectados por la publicación de material periodístico.

Puede calificarse de inútil –o una pasarela de nombres- que un grupo de académicas y académicos, periodistas, comunicadores, productores artísticos, organizaciones sociales e integrantes de la comunidad cinematográfica junto a ciudadanos comprometidos con la libertad de expresión, firmen una misiva dirigida a la Procuraduría General de la República y la Fiscalía General del Estado de Sinaloa en solidaridad con Gabriela Soto, pero exigiendo localicen a los responsables del número telefónico desde donde se emitieron los mensajes, y quién le ordenó a quien escribió tales agresiones. Investigación pues.

Puede calificarse de inverosímil que la PGR, también, anuncie que se encuentra analizando –sin explicar cómo y bajo qué parámetros sobre todo ¿Quiénes? ¿Los MP?- más de 100 notas periodísticas de Javier Valdez Cárdenas, reportero también de Sinaloa, asesinado el 15 de mayo de 2017, para dilucidar la autoría intelectual del crimen.

Lo único que necesita México en materia de prevención, protección y acceso a la justicia en los ataques contra la libertad de expresión, es pro actividad, que efectivamente las instancias de gobierno respeten su facultad de atracción en las investigaciones y el mandato de resolver crímenes; así quedarán sentados los precedentes como alerta para todos esos apellidos que deambulan entre puestos de gobierno y delincuencia organizada y son evidenciados en periodismo de investigación, que no se tolerará y quedará sin justicia ningún acto que vulnere los derechos de los periodistas y los ciudadanos ejerciendo el acceso a la información.

Los apellidos y cargos señalados debieran lejos de sentirse ofendidos por darse a conocer sus comportamientos irregulares, asumir que más vale no le pase nada al periodismo y reporteros que ponen luz a través de los reportajes, porque en automático ellos se vuelven los posibles responsables de lo que ponga en riesgo la vida e integridad de cada autor, a partir de la publicación de revelaciones periodísticas.

La cooperación internacional de mucho ha servido para visibilizar lo que hemos enfrentado como gremio durante casi 15 años; pero también ha sido una oportunidad para aparentar que se hace a través de memorándum de entendimiento entre agencias de otros países y el gobierno mexicano. Ahora brincó este mecanismo de auscultación a la academia. USAID, la agencia de cooperación internacional de Estados Unidos firmó con el Tec de Monterrey, un acuerdo para “apoyar y fortalecer el ejercicio de la labor de defensores de derechos humanos y periodistas para que lleven a cabo su trabajo de una manera más profesional y segura”, según se anunció en medios de comunicación.

¿Dónde quedaron los resultados del convenio de cooperación entre USAID y la Secretaría de Gobernación en función de lo mismo que firman con el Tec de Monterrey? ¿De verdad los defensores de derechos humanos y periodistas necesitamos una manera más profesional y segura para ejercer nuestra labor…o un contexto y escenario menos impune y corrupto?

Hay que darle la vuelta la historia. No tenemos que perfeccionar más de lo que ya le hemos dedicado tiempo a la profesionalización del cómo hacemos periodismo –lo que no significa desatender las buenas prácticas y la ética-, no somos las víctimas de los ataques los responsables de contar hechos y verdades de relevancia nacional; son ellos, los destapados, quienes deben asumir el costo total de querer hacer política irregular, narco amarres, aprovechamiento personal de lo que no es suyo.

La libertad de expresión se ejerce, no se pide

En Ecuador hay una forma de sobrellevar las injusticias: esperar que el dolor que generan pase con el tiempo. Es un bálsamo de origen religioso y, ahora, que tres familias de periodistas viven el luto por su secuestro y posterior asesinato en Colombia –fueron raptados en el país–; la impunidad es un fantasma que cubre este hecho, pues los responsables de estos crímenes no solo son los terroristas, sino varios organismos como los ministerios del interior y de defensa, principalmente y sus representantes.

Nada se puede exigir a las familias de las víctimas, pero a los reporteros –entre quienes están los amigos de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra– nos queda mucho trabajo que hacer, muchas cosas que investigar y verdades que revelar.

En Ecuador, el periodismo ha vivido una década de desprestigio orquestada por un ex presidente –Rafael Correa Delgado, en el poder de 2007 hasta 2017– que usó a la prensa como el enemigo a batir incluso antes de ser primer mandatario, cuando fue candidato y apuntó su retórica hacia los periodistas con generalizaciones burdas que, además, dieron lugar a una Ley –orgánica– de Comunicación, cuya premisa es que quien maneja información puede hacerlo con ‘mala fe’. Una ley que sirve más para sancionar que para garantizar derechos.

En Ecuador, la censura ulterior se puede ejercer contra cualquier medio de comunicación a criterio de un funcionario público, llegando a imponer multas millonarias y exigir disculpas públicas. Además, los departamentos de comunicación organizacional de las dependencias del gobierno han llegado a dictaminar lo que debe y no debe publicarse. La propaganda, por tanto, aparece en las páginas de los periódicos en letra más grande que las de las noticias, sin distingo, y así ocurre también en los noticieros de radio y televisión.

En Ecuador, sí –lo sabemos todos los reporteros– hay censura previa, autocensura y otras formas variadas de este vicio antidemocrático.

Lo saben muy bien los colegas que estuvieron en el ECU 911 –sede del Servicio Integrado de Seguridad, en Quito– la noche del jueves 12 de abril, cuando un puñado de ellos pidió la renuncia del entonces Ministro del Interior, César Navas, ante la desinformación que arrojó sobre los tres periodistas secuestrados y sobre quienes el gobierno nacional aplazó la confirmación de su muerte –hasta la mañana siguiente– a manos de una organización criminal.

Aún no queda claro en qué términos intentaron negociar o si nunca lo hicieron. Las contradicciones están latentes, pero seguimos publicando, con énfasis y casi sin contrastes, lo que los funcionarios dicen cuando apenas contamos lo que hacen u omiten.

En Ecuador, llega un momento de la tarde, luego del cierre de ediciones en los diarios más grandes, en que terminamos frustrados porque la parte de la información más relevante que recabamos no es narrada, se queda tras la altisonante versión del gobierno y eso, ahora, ocurre en todos los medios llamados tradicionales, sin excepción. Quizá el síntoma de que perdimos la esperanza se dio cuando, ante la verborrea amenazante y sostenida de Correa, a inicios de 2017, un grupo de organizaciones que velan por la libertad de expresión encabezados por FundaMedios trató de comprometer a los candidatos presidenciales de las últimas elecciones a que respeten esta libertad. Pero se trata de un derecho que –decirlo es obvio– debe ejercerse, no pedirse.

Tal vez el problema llegó a su punto más sintomático ahora que un grupo de directivos de medios que dialogan directamente con el Presidente de la República, Lenin Moreno Garcés, le han reiterado su compromiso de velar por la ‘unidad nacional’ y por el ‘manejo responsable de la información’.

Es como si los periódicos ingleses –que todos crecimos leyendo y admirando por su rigurosidad–, un día le juraran lealtad a la Reina y a la Patria y la elevaran al trono de fuente privilegiada, incuestionable, no merecedora de crítica alguna. Es así de inverosímil.

Moreno, también ha reiterado que garantizará la libertad de ser críticos. Aunque él no cumpla con esa garantía, hay que serlo. Vivimos en un país que tolera la impunidad a niveles obscenos, donde las instituciones son cómplices de tragedias que se pueden evitar y somos testigos de la desfachatez que eterniza la corrupción.

¿Cómo puede una nación tolerar que haya tantos desaparecidos (más de 4.000, según la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en el Ecuador-Asfadec?, ¿Cómo pueden sus periodistas comprobar los rumores latentes sobre narco-política sin seguir investigando sin sesgos ese tema?, ¿Cómo garantizar a los colegas su seguridad si –a más de dos meses de su retención forzada– los cuerpos de tres reporteros todavía no están en manos de sus familiares?, ¿Qué respuestas les dará el régimen a los padres de otros dos jóvenes que continúan secuestrados por el grupo criminal que ya nos ha afectado? ¿Por qué seguir sosteniendo aquella retórica de la “isla de paz” y la “unidad nacional” que, por cierto, oculta las inmundicias debajo de la alfombra o tras la bandera?

Un medio se renueva todos los días y a los reporteros nos queda la oportunidad de una nueva edición. Dejar de lado la reverencia a las autoproclamadas ‘fuentes oficiales’ depende de nosotros.

Sin aceptar del todo que estemos bajo el dominio de la posverdad –un término lleno de ambigüedades, sujeto a tantas interpretaciones–, sabemos que quienes la imponen son quienes detentan los poderes establecidos y cuyos efectos se hacen más profundos y graves porque nada garantiza que su manipulación de la opinión pública deje de quedar impune.

Luis Fernando Fonseca
(Quito, Ecuador, 1988) Periodista. Reportero de cultura desde hace tres años y medio en diario El Telégrafo. Colaboro en la revista CartóNPiedra de ese periódico y empecé cubriendo conciertos de metal, además de otros temas. Mantengo el espacio Cartón Rock y blogs nohayquiennospare.wordpress.com y naufragoensutinta.wordpress.com

La reforma a la Ley de Derechos de Autor que nos pasó de noche

Por Samantha Páez

@samantras

Cd. De México.- El pasado 26 de abril el Senado aprobó una reforma a la Ley de Derecho de Autor, donde se pone en riesgo la libertad de expresión y el derecho a la información, pues se establecieron “medidas precautorias” para cuando se llegue a sospechar de alguna violación. Sin embargo, organizaciones civiles temen que las medidas se utilicen como un medio de censura.

José Flores, vocero de la organización R3D, explicó que si bien el dictamen se aprobó en la Cámara de diputados en 2016 fue hasta la última sesión que el Senado lo aprueba y de forma muy rápida.

La propuesta de la diputada Araceli Guerrero Esquivel, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), incluye adicionar el artículo 213 Bis y modificar el artículo 215. De tal forma que los titulares de los derechos de autor puedan solicitar a un juez medidas precautorias para “prevenir, impedir o evitar la violación a sus derechos patrimoniales”, como la suspensión de la representación, comunicación y ejecución pública de obras, el aseguramiento de instrumentos y equipos de trabajo, hasta el embargo de ingresos en taquillas o embargo de negociación mercantil.

Es decir, con la sola sospecha de que se esté violando el derecho de autor, porque ni siquiera está comprobado el delito, se pueden incautar servidores y computadoras.

Esta situación, de acuerdo con Flores, abriría una puerta a abusos y medidas desproporcionadas, todo dependiendo del criterio del juez.

Indira Cornelio, de Ciberseguras, agregó que en otros países una reforma así no representaría un riesgo; pero en México donde la censura a los medios de comunicación y periodistas es una constante, sí lo es.

Desde el punto de vista de Cornelio la reforma a Ley de Derechos de Autor generaría tres tipos de censura:

  • Contenido clave que ya está publicado y que se solicite su remoción. Por ejemplo, si una persona o medio de comunicación suben a redes sociales el video de una detención arbitraria y de fondo se escucha alguna canción sujeta a derechos de autor, se puede pedir a la plataforma que el video sea retirado.
  • La censura previa para evitar su publicación. Cuando un medio o canal de YouTube es acusado de violar los derechos de autor, entonces se pide inhabilitar toda la página o el canal, sin importar que no todos los contenidos violen los derechos de terceros.
  • La autocensura. En caso de que colectivos, medios o periodistas decidan no publicar cierta información al ver las medidas impuestas a sus pares.

La activista de Ciberseguras, dijo que otra cuestión es contra quién se aplicarían las medidas cautelares, si se trata de una empresa grande podría no afectarle la incautación de equipo porque puede comprarlo de nuevo o pagar un abogado para que apele la decisión del juez. Pero en caso de medios y periodistas independientes estas acciones afectarían su trabajo.

De igual forma hay personas que no son conscientes de la violación a los derechos de autor; es decir, no actúan con dolo.

Ante esta situación José Flores sostiene que la reforma a la ley debería tomar en cuenta algunos matices, como son el lucro, que la divulgación de cierto material no afecte al poseedor de los derechos o sea en beneficio de una comunidad.

Un caso podría ser la proyección de una película en una comunidad donde no hay cine y no se cobre la entrada. También si un libro ya está descontinuado y reproducirlo no repercute en los ingresos de quien posee los derechos de autor.

El periodismo increpa y provoca, pero no naturaliza la violencia

Denunciamos, hacemos contrastes. Dudamos todo el tiempo y cuestionamos con inquietudes naturales y fundamentos. Preguntamos y eso incomoda, criticamos haciendo memoria.Profundizamos haciendo revisión del pasado inmediato, de la historia del país, de los árboles genealógicos de la política, de los movimientos, de los hechos que una y otra vez pasan en la sociedad mexicana. Desmenuzamos las políticas públicas y las ponemos a contra luz con la realidad. Analizamos el humor, el estilo y el carácter de animales políticos como signos que evidencian machismo, desinformación y quizá, desequilibrio en el temple para llevar a buen puerto un municipio, un estado, una nación.

Hablamos de muerte y narramos escenas trágicas; le ponemos color al dolor, sonido a la sangre, luz a la pestilencia de la tierra plagada de cuerpos. Contamos historias y no siempre son de alegría ni de esperanza: ponemos nombres, conectamos apellidos, nos acercamos a perfiles criminales o dañinos personajes de la vida pública como clandestina de este país; cuadramos la ridícula impunidad. Pero no reporteamos para fundar odio.

Si el periodismo existe como oficio transformado en profesión, no es para enaltecer discursos de violencia tácita, sino para explicarlos, describirlos, revisarlos y esclarecer las emergencias que lo derivan. Nunca como estos tiempos de guerra mexicana y estado de terrorismo estandarizado, había sido tan necesario que el periodismo tuviese un papel protagónico en la vida cotidiana para la mejor toma de decisiones.

En los talleres y reuniones de reflexión entre periodistas, cuando les digo que hacer periodismo es política, se despiertan exclamaciones, suenan chisquidos, se abre los ojos, y por general asienten con la cabeza. No ganamos el mejor salario, las condiciones en que ejercemos suelen ser indignas, propensas al riesgo más que a la vanagloria, y el futuro es tan incierto como quien vive en la clandestinidad, aunque existan opciones a elegir. Por ello creo que si seguimos siendo periodistas, como la campaña de Periodistas de a Pie lo documentó hace un par de años, es porque tenemos un instinto de cómo transciende nuestro trabajo una vez publicado, toda vez que lo ponemos en común. Y aunque no entendamos exactamente cómo, intuimos, que vamos a aportar una pieza que servirá para mover cosas.

Ser periodista bajo preceptos éticos en México, es una postura política. Una manera de pararnos ante el mundo y desde cierto bagaje, caminar las historias por contar y contextualizar. En tiempos de emergencia como los que vivimos, inclinarnos por revelar información que quieren ocultar, desenredar la madeja y dar seguimiento a un caso hasta encontrar el hilo del otro lado, es tener una posición política por la verdad – o lo que más se le acerque-, por la información, por el ejercicio de derechos en riesgo.

En días recientes un comentarista y opinador que se jacta de hacer periodismo, en pleno ejercicio de su derecho a la libertad de expresión, lanzó una provocación en la red social twitter que abrió la puerta no a un debate, sino a tergiversar para mal del gremio y la paupérrima calificación que recibimos de la opinión pública. Justo por este tipo de acontecimientos nos colocan en un mismo cajón a los periodistas y quienes participan en espacios de comunicación, generalizando que somos una plaga más que personas en busca de servir a través de un bien público como es la información.

Antes de ese episodio que le echó alcohol a las brasas en tiempos electorales, en la Red de Periodistas de a Pie, desde el 3 de mayo, optamos por conmemorar el día mundial de la libertad de prensa, lanzando una campaña para la visibilización y dignificación de lo que hacemos, quienes apostamos por un periodismo de calidad.

Reporteras y reporteros de distintas latitudes del país con perfiles muy diversos, atendieron la pregunta ¿Cuál es tu compromiso con el periodismo?, convertimos en postales su respuesta y agregamos un ejemplo de su trabajo publicado que ejemplifica su apuesta personal. Una vena es la determinación de por qué seguimos haciendo esto que nos implica esfuerzos y riesgos financieros como de integridad física, pero lo otro, es esclarecer además de la definición política, cómo y para qué hacemos buen periodismo.

Si sigue en el ambiente un mal sabor de boca por lo que dejó el desenlace de Ricardo Alemán en los medios para los que trabajaba, es un buen momento, también, para contarle a las audiencias, a quienes usan y buscan nuestro trabajo reporteril, las abismales diferencias entre un personaje aclimatado al régimen en turno haciendo uso de plataformas de comunicación, y los periodistas que, en un contexto de adversidad sin revés por el momento, seguimos comprometidos con ejercer de la mejor manera la libertad de expresión y el derecho a la información.

Aquí la campaña ¿Cuál es tu compromiso con el periodismo?

Alerta LE: Policía de Tlaquepaque golpea y amenaza a un reportero

Guadalajara, Jalisco. 9 de junio

El día 6 de junio de 2018, el reportero del medio televisivo Canal 44 y de Quadratin Jalisco, Henry Saldaña, fue agredido físicamente y amenazado por policías municipales de Tlaquepaque, Jalisco cuando se encontraba grabando un accidente de tránsito entre varios autos.

Henry había terminado de hacer el reportaje del accidente, sin embargo al momento de grabar unas últimas imágenes, fue abordado por cuatro policías municipales y le exigen que no grabé a pesar de que él ya se había identificado, por lo que Saldaña decide ignorarlos y en ese momento, le arrebatan el Ipad con el que estaba trabajando y uno de ellos le grita “que te vayas a la verga” y enseguida el comandante ordena borrar el material que se había grabado. Saldaña exigió que no lo hicieron pero recibió un empujón por parte de uno de los elementos.

Acto seguido, sin mediar palabra, el periodista narró para ARTICLE19, Periodistas de a Pie (PdP) y el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo A.C., lo siguiente:

“Un policía me agarró del cuello, otro me sometió torciendo mi brazo por la espalda y otro más me pateó para tirarme al piso. No caí porque me sostuvieron por el cuello pero al soltarme- segundos después- dos oficiales más se acercaron y entre los seis elementos me patearon. Posteriormente el comandante les gritó “cuidado con las 4-4”, refiriéndose a las fotografías porque mucha gente más estaba grabando y es en ese momento cuando me dejan de golpear, me levantan y me llevan empujando. Antes de dejarme ir, uno me agarra de los brazos, me toma fotografías y me dice “ya te traemos pendejo”.

Aunado a lo anterior, las organizaciones firmantes tuvimos conocimiento de que otras dos mujeres fueron agredidas físicamente, amenazadas y detenidas arbitrariamente por grabar la misma escena que Henry Saldaña.

Posteriormente el 8 de junio, el Comisario de la Policía de Tlaquepaque, Salvador Ruiz Ayala, declaró que los policías obraron con estricto apego al protocolo de actuación, cuando en realidad se trató de un uso excesivo y arbitrario de la fuerza pública que violó flagrantemente el derecho a la libertad de expresión, de prensa y de información del periodista y de la sociedad, al lesionarlo y borrar el contenido de su equipo de trabajo.

Además, tuvimos conocimiento de que Henry Saldaña ya presentó una denuncia en la Procuraduría General de la República por lo que se abrió la carpeta de investigación FED/JAL/GDL/0002796/2018. Sin embargo, exigimos que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión atraiga el caso e investigue con estricto apego a la legalidad y respeto a los derechos humanos del periodista tomando en cuenta como línea de investigación su labor.

Asimismo se hace un llamado a la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco a dar seguimiento a la queja interpuesta por Henry Saldaña por las violaciones a derechos humanos cometidas por funcionarios públicos pertenecientes a la Comisaría de la Policía de Tlaquepaque.

Finalmente estas organizaciones instamos al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas a incorporar al periodista y su familia, garantizando las medidas adecuadas para evitar que pueda sufrir represalias y agresiones posteriores, además de a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas para garantizar acompañamiento médico y psicosocial adecuado, así como a reparar el daño.

Firman:

ARTICLE19, Periodistas de a Pie (PdP) y el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo A.C

Periodistas de a Pie :: Felicitamos a Daniela Rea por el Premio Breach / Valdez

Publicado: 4.05.2018


Daniela Rea recibió el primer “Premio Breach-Valdez de Periodismo y Derechos Humanos», en el marco del compromiso de la ONU por combatir la impunidad que alimenta el ciclo de violencia contra los periodistas, y garantizar el derecho a la información.

Con este galardón se reconocen la trayectoria profesional de un/una periodista mexicano/a que se ha destacado en la defensa de los Derechos Humanos, tal y como los define la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.

Daniela, desde la Red de Periodistas de a pie, te felicitamos, abrazamos, agradecemos tu apoyo y el compromiso con esta profesión en favor de la sociedad.

A lo largo de este andar a tu lado te has convertido en un pilar fundamental para este equipo y un ejemplo del periodismo que queremos.

Les compartimos un fragmento del discurso de Daniela Rea  

 

“Quiero honrar a las familias de Miroslava y de Javier y de los otros 113 compañeros que han sido asesinados en México desde el año 2000 donde se supone que vivimos en una democracia. Me gustaría que imaginaran a las parejas de los reporteros el día que los mataron. Cuáles eran sus sueños y sus planes. Los esperaban muchas veces con ganas de decirles “deja ese oficio tan peligroso”; pero sin decírselo porque sabían que era lo que más amaban.

(…) Este es un Premio que nos confronta e incomoda porque no debería existir, porque nadie debería morir por hacer su trabajo. Los periodistas siguen saliendo a la calle a pesar del miedo, de la enfermedad, física y emocional, a pesar de la pobreza, a pesar de las discusiones familiares por lo que implica ejercer este oficio que tanto queremos en un país como México. (…) Lo que estamos haciendo es un periodismo de la vida. Hablar de derechos humanos en este país es hablar de cómo se ha vaciado el significado de las palabras. Intentar nombrar, ese es también nuestro trabajo. (…) Aún tenemos miedo, pero aquí estamos, haciendo nuestro trabajo, intentando mantener el horizonte de un país más digno y más humano. Gracias Gris.”

Consulta el discurso completo aquí

Muchas gracias por todos los procesos e historias que hemos caminado y escrito juntas y juntos, es un gusto compartir esta redacción contigo. 

 


Video de la entrega del premio  

 

 

Conoce más del trabajo de Daniela Rea aquí

 

El premio es otorgado por El Centro de Información de las Naciones Unidas en México (CINU México), la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), la Oficina en México de la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Programa Prensa y Democracia (Ibero-PRENDE) y el Área de Periodismo  de la Universidad Iberoamericana (Ibero-Periodismo), la Agencia France Presse (AFP) y la Embajada de Francia en México.

#MiCompromisoConElPeriodismo

Hoy se conmemora el Día Mundial de la Libertad de prensa, y por ello, distintos periodistas nos contaron ¿Cuál es su compromiso con el periodismo?

Los presidenciables: sin interés ni compromiso por las demandas de seguridad para el periodismo mexicano

 Cartón de Rapé

¿Prensa Libre, Ricardo Anaya?, fue lo primero que me saltó a la mente al escucharlo decir monótonamente en una de sus intervenciones de cómo cumpliría las escuetas propuestas que vertió en el primer debate presidencial: “Prensa libre, sociedad civil fuerte”.

El cuestionamiento de su simplista aseveración se debe a que en el capítulo de los presidenciales y la defensa de la libertad de expresión o el abordaje de la problemática de comunicadores, periodistas y defensores de derechos humanos violentados sistemáticamente en México, no arroja nada.

No se han pronunciado al respecto y sus acercamientos al tema se deben más a una iniciativa de Reporteros Sin Fronteras, organización cuya política es mantener buena relación con gobernantes y funcionarios públicos, que a una necesidad de los candidatos por exponer sus ideas y opciones de atajar lo que se ha vuelto, incluso, tema de señalamientos al Estado mexicano, desde la comunidad internacional.

El cuestionamiento se debe, también, a que el candidato por el Frente que aglutina al PRD, al PAN, a Movimiento Ciudadano omite reconocer que los militantes de esos partidos que lo llevan a candidatearse para la presidencia de México, son -junto al PRI desde luego-, los señalados en más del 60% de las denuncias desde 2012 a la fecha como agresores o fuente de riesgo para los periodistas.

Policías en Medellín de los Bravo en Veracruz bajo las órdenes del presidente municipal panista Omar Cruz –prófugo de la justicia-, en 2015 cuando todavía Ricardo Anaya era presidente de Acción Nacional, emprendieron la desaparición forzada de Moisés Sánchez Cerezo, director del periódico La Unión como líder de los conservadores, entonces, nada dijo; funcionarios y servidores públicos de esos partidos descalifican a los periodistas, los llaman “basuritas” como hizo Enrique Alfaro Ramírez de MC en Guadalajara al referirse a los medios que publican críticas sobre su desempeño como político, sí, el mismo que en promocionales de televisión dice “este cuate debe ser el presidente”. Militantes del PRD y del PRI han ordenado allanamientos a domicilios de activistas, han quemado en contubernio con caciques locales casas de seguridad para mujeres violentadas, poniendo en riesgo la vida e integridad de defensoras de derechos humanos, entre un largo etcétera.

¿Hace la diferencia que Ricardo Anaya se tome la foto con un organismo civil? ¿Hace la diferencia que entre los aplaudidores de su candidatura a presidente, esté Emilio Álvarez Icaza quien brincó de defender los derechos humanos en las grandes ligas –Secretaría Ejecutiva de la CIDH-, a convertirse en soldadillo de la guerra de Javier Corral contra el gobierno federal y elaborar la plataforma social para una militante perredista en la Ciudad de México? No.

Anaya, Margarita Zavala, Jaime Rodríguez, Andrés Manuel, José Antonio Meade, se han mantenido omisos durante el periodo electoral en abordar el tema, la demanda social de justicia en los asesinatos de periodistas les llama poco, pero sobre todo cómo van a enmendar las deficientes políticas en materia de protección a defensores y comunicadores, no lo tienen entre sus prioridades pese a que lo que nos atañe, sea un reflejo de la corrupción y camuflaje entre el sistema político mexicano y la delincuencia organizada.

En su mapa no existimos, excepto por las encuestas que publican grandes cadenas editoriales, por el carrusel de entrevistas que dan mientras piden el voto, porque estamos en cada evento que encabezan y tienen que responder nuestros cuestionamientos a quemarropa en las más adversas condiciones.

Durante las precampañas, Meade, el candidato del PRI también abanderado por el Verde Ecologista y Nueva Alianza, anunció una estrategia legal contra Animal Político por la serie de reportes que el periódico digital publicó sobre desvío de recursos y corrupción mientras fue titular de la Secretaría de Desarrollo Social, todo, basado en documentos oficiales obtenidos vía el derecho de acceso a la información, por transparencia. Dos derechos se ejercieron en un mismo acto: libertad de expresión y derecho como acceso a la información; eso a Meade y su equipo les molestó al grado de alardear una embestida. Pequeño y gran ejemplo de lo que realmente piensan sobre el ejercicio pleno de derechos constitucionales.

Entonces, ¿Qué tendríamos que esperar después de diciembre de 2018? Prácticamente poco, excepto, que tras los nombramientos en la Subsecretaría de Gobernación y de procuración de justicia, la agenda de prioridades pinte distinto y, la violencia contra comunicadores y activistas figure del escalón veinte, en adelante.

Honestamente a estas alturas un pronunciamiento de su parte tampoco nos sirve de mucho, no somos en ningún sentido, objeto de voto; los periodistas debemos mantenernos al margen de filias y fobias partidistas, pero lo cierto es que, quien sea que llegue a dirigir a México durante los próximos seis años, tendrá que resolver más de 120 asesinatos contra comunicadores y el incremento aterrador de agresiones contra la prensa.

Lo cierto es que si los resultados del 1 de julio de 2018 se tiñen de anomalía y de nuevo, como en 2012 cuando se determinó dar el gane a Enrique Peña Nieto explota la inconformidad social, otra vez los periodistas y los defensores de derechos humanos estaremos al pie de la barricada documentando, fotografiando, investigando, publicando beligerancia y siendo testigos presenciales de la opresión, del estallido que nos alcanza, de la descomposición que nos enluta.